Ni en las iglesias ni en los cuarteles… Juan Guaidó busca en las calles ganarse el apoyo crucial del Ejército venezolano.
El jefe del Parlamento y autoproclamado presidente de Venezuela ha convocado dos manifestaciones, una el miércoles y otra el sábado, para exigir a los militares que “se pongan del lado” del pueblo.
Guaidó, que acusa a Nicolás Maduro de ser un usurpador, justifica a través de un vídeo colgado en Twitter porque la presión no es diaria:
«Nos han preguntado que porqué no (hay manifestaciones) todos los días. Estamos en un proceso en Venezuela en el que también tenemos que luchar por comer, por sobrevivir en el día a día», sentencia.
También a través de Twitter, Guaidó ha pedido a la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michel Bachelet, que viaje urgentemente a Venezuela para constatar el grave deterioro que han experimentado.
Mientras tanto, diputados, políticos y activistas civiles tratan de ganarse la simpatía del bajo escalafón del Ejército llevando a los cuarteles copias de la Ley de Amnistía que les garantiza la inmunidad si desobedecen a Maduro. En algunos puestos, los soldados quemaron la copia.
También Maduro corteja al Ejército, cuyos mandos han hecho prueba de fidelidad al régimen chavista en numerosas ocasiones.
Durante unos ejercicios militares, el mandatario se ha dirigido a la tropa en estos términos:
«Nadie respeta a los débiles, a los cobardes, a los traidores… Nadie. En este mundo se respeta a los valientes, a los corajudos, se respeta al poder y tenemos que hacer respetar el poder de la nación venezolana con el poder militar», ha dicho Maduro.
Australia e Israel son los dos últimos países que han reconocido a Guaidó como presidente legítimo de Venezuela.
La Unión Europea dio un plazo de ocho días a Maduro para que convocase elecciones, algo a lo que el mandatario se niega.
El papa Francisco ha expresado sus temores a que se produzca un derramamiento de sangre en el país.