La tasa promedio de desempleo en América latina y el Caribe continuará aumentando durante 2017 para ubicarse en 9,2% como consecuencia del modesto crecimiento que no es suficiente para contrarrestar las condiciones de debilidad del mercado laboral.
Así lo advierte un nuevo informe de la Comisión Económica Para América latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), difundido este jueves en Santiago de Chile.
Ambos organismos analizaron el desempeño del mercado laboral en el año 2016 cuando la tasa de desempleo aumentó a 8,9% desde el 7,3% de 2015, el mayor incremento anual en más de dos décadas.
En consideración al crecimiento proyectado para la región de 1,1% para este año, se estima una suba de 0,3 puntos porcentuales en la tasa de desempleo urbano que lo ubicaría en alrededor de un 9,2%.
Esta baja se acentuaría principalmente por la debilidad de la generación de empleo asalariado que incidiría en que la tasa de ocupación (proporción de la población en edad de trabajar que se encuentra ocupada) volvería a caer.
«En vista de que el empleo es la llave maestra para reducir la pobreza y la excesiva desigualdad en la región, las tendencias laborales recientes son altamente preocupantes», compartieron la secretaria ejecutiva de Cepal Alicia Bárcena, y el director regional de la OIT, José Manuel Salazar.
Agregaron que se han frenado los avances en el combate de estos flagelos, lo que constituye un llamado a duplicar los esfuerzos para «promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos», tal como lo establece el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) N? 8″.
El documento detalló que en 2016, 13 países experimentaron un incremento de la tasa de desempleo urbana, mientras que ocho registraron una caída o mantuvieron el mismo nivel de 2015. Este desempeño contrasta con lo observado en 2015, cuando en ocho países la tasa de desempleo aumentó, mientras que en 13 disminuyó o se mantuvo.
El informe reconoció un incremento del trabajo por cuenta propia el cual, sobre todo en el contexto de una débil generación de empleo asalariado, se caracteriza por ingresos bajos e inestables.
Esto implica un deterioro de la calidad media del empleo, lo cual se refleja también en las bajas (y en varios casos negativas) tasas de crecimiento del empleo registrado y en aumentos salariales más bajos, señaló el estudio.
La última edición de Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe recuerda además que un deterioro de las condiciones laborales suele afectar, más que todo, a los grupos vulnerables, entre los cuales se encuentran, a la par de mujeres y jóvenes de bajo nivel de educación, los inmigrantes.
Con información de los censos de población y encuestas de hogares, Cepal y OIT exponen un panorama general de su inserción laboral en los países de la región, tema relevante dado la migración intrarregional que ha adquirido gran importancia en el contexto de la desaceleración de la emigración hacia otras regiones.
Según el documento, se calcula que 28,5 millones de personas emigraron de sus respectivos territorios de origen en la región alrededor de 2010 (4,8% del total de su población), mientras que los países del continente habían recibido más de 7,6 millones de personas que corresponden a 1,3% de su población.
El informe distingue entre los países de acuerdo a las magnitudes y características de la inmigración. Anotó que en aquellos con fuertes flujos migratorios recientes, los inmigrantes tienen ingresos medios más bajos que los de los nativos, sufren elevados niveles de informalidad laboral y poseen una cobertura de seguridad social significativamente más baja que los ocupados nativos, en especial las mujeres migrantes.
En casi todas las naciones cubiertas en el estudio (Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá, Paraguay, República Dominicana, Uruguay y Venezuela), más de 80% de la población inmigrante económicamente activa proviene de países de la propia región de América Latina y el Caribe, a excepción de los casos de Brasil y México, así como Panamá, en este último país ha tenido una presencia importante de inmigrantes asiáticos, sobre todo de China e India. (ANSA).