Se trata de los vuelos AR1854 con destino a Ushuaia del 27 de febrero del 2013 y del AR1844 que viajaba a Río Grande el 17 de mayo del mismo año.
El comandante Jorge Santos del vuelo AR1854 que fueron alertados por personal de Prefectura Naval de una conversación que habían detectado entre dos personas que hacían referencia a que en ese vuelo iban dos mujeres destinadas a la prostitución en Tierra del Fuego.
“Cuando tomamos conocimiento de lo que sucedía, dimos cuenta de la situación a las autoridades en el aeropuerto de Ushuaia y retuvimos al pasaje dentro del avión con el personal de tierra en la manga, hasta que logramos detectar a las dos jóvenes”, explicó Santos.
El comandante explicó que “las dos mujeres no sabían hacia dónde iban y pese a que revisamos todo el pasaje no pudimos identificar a la persona que viajaba vigilándolas. Después apareció una persona que dijo ser su tío y que manifestó que iban a vivir seis meses con él en Tierra del Fuego, pero viajaban sin equipaje y sin más datos, por lo que se pudo frustrar la operación y las jóvenes fueron debidamente atendidas por personal especializado”, relató.
“Fue un trabajo coordinado de la tripulación y del personal de tierra con Policía Federal y la Policía de Seguridad Aeroportuaria”, destacó el comandante que encabezó la tripulación integrada por el copiloto Mauricio Biasotti, la comisario de a bordo Andrea Schuh y las auxiliares María Eugenia Salas, Nicole Lataste y Betiana Zaine.
El vuelo con destino a Río Grande estaba al mando del comandante Fabricio De Gaetano y llevaba como copiloto a Facundo Bruchez, a Cynthia Mendys como comisario de a bordo y a María Florencia Fernández y Eliana Melisa como auxiliares.
“En este caso detectamos que la mujer no estaba bien, por lo que dejamos bajar a todo el pasaje y la retuvimos; tuvo en ese momento una crisis de nervios y logró contar lo que había sucedido”, dijo De Gaetano.
El comandante del vuelo dijo que la mujer “comentó que había sido engañada primero en Resistencia, de donde era oriunda, por una mujer, pero luego en Aeroparque fue alertada por otra amiga, ante lo cual pretendió volverse, pero la mujer que la había contactado la amenazó con hacerle daño a sus hijos”.
“En esa situación realizó el viaje hasta Río Grande, pero las auxiliares detectaron que algo no estaba bien y me pusieron al tanto de su preocupación. Entonces decidimos retenerla en el avión para establecer qué sucedía y allí nos enteramos de lo que estaba pasando”, señaló.
Pablo Biró, titular de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas, destacó que “como representante del gremio, no puedo sentirme más que orgulloso de los pilotos que tiene Aerolíneas”.
“La compañía ha ido calificando a su personal de tal manera que hoy dignifica a la profesión”, reivindicó.