Conocer la fecha de siembra y el tipo de semilla ideal para cada región son los requisitos para favorecer los resultados. Una correcta planificación y un buen manejo, entre los aspectos centrales.
En la Argentina, las pasturas perennes son la base para el desarrollo de la ganadería. En la región pampeana ocupan el suelo todo el año con una cubierta vegetal verde y raíces activas, lo que favorece un mejor uso de los recursos ambientales –energía solar, agua y nutrientes–. Por esto, es fundamental conocer las fechas ideales de siembra, el tipo de especie recomendado para cada suelo y la maquinaria adecuada para potenciar su producción. Técnicos del INTA Balcarce –Buenos Aires– destacaron que, para obtener buenos resultados, la clave es una correcta planificación.
Jorge Castaño, del Grupo de Pasturas de esa unidad del INTA, señaló que “hacia fin de verano y comienzos de otoño se registran condiciones de temperatura y humedad favorables para la siembra de verdeos de invierno y pasturas perennes”.
“Una correcta planificación sumado a un manejo adecuado conducirá a lograr pasturas con rendimientos que superen las 10 toneladas de materia seca por hectárea en un año. Lo que significará duplicar los rindes”, indicó Castaño y explicó que hay tres aspectos que los productores deben tener en cuenta para que la siembra sea exitosa: por un lado planificar cuáles van a ser los cultivos antecesores, comprar semillas de calidad y utilizar maquinaria adecuada.
En general, las semillas de pasturas son pequeñas y poseen un crecimiento inicial lento, lo que genera gran competencia por parte de las malezas. “Para combatir esta situación, se utilizan cultivos antecesores, por lo que resulta fundamental que la planificación comience al menos el año anterior”, expresó el técnico del INTA.
Otro de los aspectos a tener en cuenta, es la calidad de la semilla. El Instituto Nacional de Semillas (INASE) dispone que las semillas comercializadas sean fiscalizadas. Se venden en bolsas rotuladas dónde se indica claramente su origen (especie y variedad) y su calidad (poder germinativo y pureza).
Recomendaciones para la siembra
En cuanto a la época de siembra, el técnico del INTA indicó que las forrajeras, al igual que cualquier especie vegetal, necesitan de temperatura y humedad para crecer y acumular biomasa.
La fecha de siembra debe adecuarse a cada zona geográfica. “Para calcular el momento óptimo” –explicó Castaño–, “el productor tendrá que calcular que son necesarios al menos 60 a 70 días de acumulación de buenas temperatura antes de que la media del lugar baje de 10 grados centígrados. Esa será la fecha tope de la ventana de siembra”.
Para Castaño un punto clave a tener en cuenta es la profundidad de siembra, que no debería superar los dos centímetros. De lo contrario, no emergerá satisfactoriamente la pastura. Además, previamente se aconseja hacer análisis de suelo y fertilizar, de acuerdo al diagnóstico, en la misma operación de siembra.
Una vez sembrada e implantada exitosamente, “el primer pastoreo debe hacerse cuando el entresurco se cierra, se debe corroborar que el suelo esté firme y que la planta esté bien arraigada al suelo”, expresó el técnico.