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Por Miguel Abálsamo

Las mesas de café, las que frecuentamos diariamente, los encuentros familiares, las charlas de esquinas, las declaraciones periodísticas, dejan la conclusión de que en nuestra pequeña aldea, distrito de Necochea también acostumbramos a tejer un manual de zonceras que decimos para que  otros repitan, ingenuamente o intencionadamente, se desparramen en el rumor  de la calle y las adaptamos al poco tiempo como verdades absolutas, cuando no dejan de ser nada más que  insignificantes conceptos, raramente ligados  a la verdad, politiquería que nos afecta como ciudad, desparramar  palabras sin contenido, destrucción del otro sin construcción propia, pensamiento individual por sobre el interés colectivo, y arrastre al facilismo de la antipolítica, como auto catalogándonos «buenos y puros vecinos enfrentados a la corrupción de la democracia….».:

Dentro de una breve síntesis como para mirarnos para adentro o enfrentarnos al espejo diario.

Simplemente diez zonceras importantes de los últimos tiempos democráticos de nuestro distrito.

1) Las culpas recaen según las fechas del almanaque en tres importantes dirigentes.

La etapa  1983-1999 convirtió en la mano del mal al ex senador provincial, Miguel García.

Tiempos donde se le atribuía a «Puni» todo.

Desde campos de su propiedad a enorme flota de camiones, medios de difusión, fortuna en el exterior y mucho más.

Una vez fuera de la gran discusión política Miguel García fue reconocido como un legislador que hizo mucho por el distrito, un conductor peronista que acompañó y llevó al triunfo a los intendentes de esos entonces, Domingo Taraborelli-José Aloisi-Julio Municoy (éste último militado, pergeñado y definido por el mencionado en la zoncera uno de los Necochenses).

Hoy, ha pasado a la etapa del olvido.

2) Retirado García algunos sectores trasladaron el eje negativo a la figura del líder sindical, titular de UATRE y las 62 Organizaciones Peronistas nacionales, hombre fuerte del justicialismo, creador del Partido Fe.

Desde el 99 (final del reinado de Miguel García) hasta 2009, los mismos sectores y actores de nuestra  cotidianidad, marcaron a Gerónimo «Momo» Venegas como el «patrón de estancia», dictador interno ciudadano. Dueño de media ciudad y un poco más, acusándolo e invadiendo de rumores cada calle, inundando las cabezas de los más desprotegidos de información.

Hoy, una vez pasada esa tormenta de habladores de café y lenguas filosas, «Momo» sigue teniendo esos adjetivos encima pero mucho más debilitados.

Las últimas elecciones en el orden local reivindicaron al hombre que desde un hogar humilde lleno de necesidades llegó a uno de los puntos más alto de la vida político-sindical.

3) El Manuel de Zonceras pasado el aluvión de críticas a García y Venegas le tocó en el reparto de las barajas a Roberto Porcaro. Los mismos, y muchos nuevos confundidos, sin conocerlo, sin entenderlo y sin tratarlo, participaron de la murga  de diatribas y falacias que no se condicen con la realidad.

Seguramente en años más, este trío dejará paso a un nuevo dirigente a quien endilgaremos la culpa de nuestros fracasos y responsabilidades.

4) Otra zoncera es el sempiterno slogan de «Barrio Medanos no paga impuestos ni tasas municipales… etc… etc…».

Mentira: el  Barrio Medanos, un coqueto lugar no de supermillonarios sino de gente con poder adquisitivo, enclavado en un lugar estratégico del parque «Miguel Lillo», levantado en el gobierno peronista del doctor Julio Municoy, con la anuencia de todos los concejales..TODOS…salvo una edil que fue la doctora peronista Ana Argel, paga ARBA (Agencia Recaudadora Buenos Aires), y abona tasas municipales.

5) «Los concejales no deben cobrar «… otra frase repetida por aquellos que hacen de la antipolítica su deporte diario y enarbolan la demagogia como bandera de campaña.

Creo que los concejales deben cobrar.

Porque sino terminarían haciendo sólo política los adinerados, o bien por hobby o bien por poder.

Más aún, muchos concejales que ingresan por cuatro años a cumplir la función legislativa terminan perdiendo de ganar el dinero que obtendrían en la actividad privada, especialmente aquellos que son profesionales.

Esto no equivale decir que los hay mejores o peores, trabajadores y haraganes. Para eso debe estar la lupa del ciudadano en la visión diaria sobre el trabajo de cada uno, y a la hora de votar hacer ver la realidad en el cuarto oscuro.

6)»Todos los políticos necochenses son iguales».

Tremenda mentira.

Nadie es igual en cualquier profesión u oficio que realicen.

Los políticos no son la excepción.

En el distrito no somos demasiados y nos conocemos demasiado. Sabemos quien pasó la vida como «ñoqui» y quien transpiró la camiseta en la función. Es inútil hacer un ranking en esta editorial, esa clasificación la tiene cualquier hombre o mujer habitante de nuestro suelo.

Todos los políticos Necochenses no son iguales.

7) «Les darán 600 pesos a cada estudiante como una forma de alimentar vagos».

¿Alguien piensa lo que significa en el bolsillo flaco de estudiantes entre 18 y 24 años provenientes de hogares humildes, ese dinero?

Es fácil lanzar estos conceptos discriminatorios hacía estudiantes de menores capacidades económicas pero tal vez de elevadas posibilidades intelectuales, que  pueden ver truncos y frustrados sus futuros tan sólo por no poder paliar sus estudios.

O acaso no sería más justo que muchos estudiantes de clase media que frecuentan las Universidades públicas gratuitas, paguen algún mínimo dinero mensual.

No veo tanto énfasis en ponerle acento a esto, y sí mucho esfuerzo por denigrar a la gente humilde, a la que no se le regalará nada, simplemente anualmente se le otorgará una posibilidad para seguir estudiando.

8) «El Plan Procrear es tan solo un anuncio».

Zoncera escuchada, hasta por dirigentes de cierto nivel.

Basta sólo con recorrer todas las familias del distrito de Necochea que han accedido a la gran posibilidad de la casa propia, la adquisición de terrenos y la reforma de su edificación.

Por el contrario, la zoncera es no analizar como muchos propietarios de terrenos aumentaron el doble o el triple el valor de lo suyo aprovechando la ocasión, un  hecho que nadie puede tildarlo de delictivo, pero  si condenarlo socialmente.

Olvidan de investigar también a quienes desde diferentes organizaciones se han unido con la finalidad de quedarse con valiosos terrenos en zonas claves de la ciudad, caso parque «Lillo». Esto sin debería merecer un repudio generalizado y exigencia de investigación a fondo, algo que todavía no observamos.

9) «Nunca la ciudad estuvo como hasta ahora».

La administración del ex alcalde doctor Daniel Molina dejó la deuda más grande de toda la historia, clavó una moratoria cada año, tuvo déficit en cada año de los ocho que gobernó cuando cerraba sus cuentas anuales, destrozo el Parque Automotor no dejando nada en pie, recurrió para pagar salarios a cuentas afectadas, fue sancionado en varias oportunidades por el Tribunal de Cuentas de la provincia de Buenos Aires, aumentó en forma gigantesca la cantidad de empleados públicos, en un promedio nunca visto en la historia política del distrito, culminó con una salud pública deteriorada, una avenida 75  imposible de reconstruir, barrio de viviendas «Titanic» de Quequén con casas que se cayeron y nunca se volvieron a poner en condiciones, dinero de Nación que llegó para obras y se desviaron para atender otras necesidades , un gasto de publicidad exorbitante, de una magnitud jamás vista.

Tan sólo una síntesis  para desmentir cuando la zoncera habla solamente de periodos negativos en la historia lugareña y no le dar el relevante lugar al campeón de la mediocridad, doctor Daniel Molina y sus ocho años de gobierno, divididos en los primeros cuatro, discretos y los últimos cuatro, creo… el peor período  de la historia local.

10) «Nadie quiere invertir en Necochea…».

La zoncera lleva a pensar que es tierra maldita, inhospita, llena de ciénagas y bandidos que acechan.

No.

Hay que buscar la realidad en los clásicos denunciadores, que ante cada empresario que piensa en desembarcar en el distrito amenazan y anatematizan con las frases…» negocios poco claros… vienen a ganar dinero… son corruptos… etc…».

Estas posturas de los enemigos de la ciudad y amigos de la denuncia fácil, ha llevado a esta situación. A que muchos empresarios piensan varias veces cuando desean abrir un marco de inversión en nuestro lugar.

No es necesario dar nombres de denunciadores, los sabemos, nombres, apellidos y DNI.

En los últimos tiempos han estado presentes para alejar inversiones. El resultado, empresarios que no vienen, y trabajadores que pierden posibilidades laborales.

Tan sólo diez zonceras de las más escuchadas.

Rumores que se dejan correr, lo dicen los interesados, los  propagan los  repetidores y los creen los ingenuos.

Necochea deberá dejarse de zonceras, afianzarse en el presente y pensar claramente en el futuro.

La mejor manera de no darle lugar a una zoncera es no escuchándola o tener todos los argumentos a mano para refutarla.

Parece que para muchos ciudadanos locales no sólo de pan vive el hombre…También se suele alimentar de zonceras.

Descubrir muchas de nuestras zonceras ( me incluyo), terminaría  siendo un acto de completa  liberación.

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«Les he dicho todo esto,

pero pienso que pa´ nada,

porque a la gente azonzada

no la curan con consejos.

Cuando muere el zonzo viejo,

queda la zonza preñada».

(Arturo Jauretche. Año 1934)

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