viernes, noviembre 08, 2024

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POLÍTICA: El agro piensa en formar un Partido del Campo que defienda al sector.

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De Angeli y Buzzi, dos figuras de la protesta, reclaman una bancada agropecuaria. La dirigencia política busca cooptarlos. «Los intereses del país los estamos defendiendo nosotros», argumenta Buzzi.

Piquetes y asambleas. Veintiún días de paro. Marchas y cacerolazos. El hecho político más destacado de los 100 primeros días de la gestión presidencial de Cristina Fernández fue el surgimiento del campo como un actor político ineludible, el único que demostró en cinco años de kirchnerismo tener la capacidad para hacer retroceder a la Casa Rosada sobre sus pasos.

Ahora, referentes agropecuarios y dirigentes políticos se debaten entre hacer de esa semilla un nuevo partido que represente exclusivamente a los intereses del sector, o germinar ese potencial dentro de las estructuras partidarias tradicionales. Una cosa sí está definida: Gobierno y oposición ya incluyeron al campo en su agenda política.

Una frase que el presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), Eduardo Buzzi, disparó desde la tribuna del último piquete de Gualeguaychú sintetiza la lectura que algunos dirigentes del campo hacen sobre su rol político de estreno: “Los intereses del país los estamos defendiendo nosotros.

Esta plaza dice basta a un sistema cada vez más unitario. Vamos por un poder cada vez más federal y que se termine el poder unitario que se ejerce con la chequera desde la Casa Rosada”.

Los que más se entusiasman con el “poder del campo” sueñan con constituir una bancada agropecuaria que exprese formalmente los intereses del sector en el Congreso de la Nación.

En esa línea se ilusiona María del Carmen Alarcón, ex diputada justicialista y actual funcionaria del gobierno de Hermes Binner en Santa Fe. Ella fundó hace tres años el Grupo Pampa Sur, con pretensiones de convertirlo en un partido político con base agropecuaria, al estilo del conservador Partido Nacional del Campo de Australia.

La necesidad de que sea el Parlamento y no el Ejecutivo el que debata y decida sobre las políticas agroindustriales también se escuchó en el piquete. “El pensamiento que está en la base de Pampa Sur es la construcción de poder para el sector de la economía que representan la agroindustria y la industria alimentaria”, dice Alarcón y advierte que el paro que protagonizó el sector en las últimas semanas “promovió la concientización sobre la importancia que tiene la participación activa en las instituciones de la República”. En ese sentido, la dirigente rural, que mantiene estrechos lazos con el PRO de Mauricio Macri, consideró que de los piquetes podrán surgir “nuevos liderazgos territoriales que expresen la defensa de la tierra”. Y no escondió su simpatía por la estrella revelación de la protesta agropecuaria, el productor Alfredo De Angeli.

En realidad, casi ningún partido de la oposición –e incluso algunos referentes del oficialismo– oculta su fascinación con este personaje y hasta lo imaginan encabezando alguna lista en las próximas elecciones. “Suena difícil que se acerque al macrismo. Tiene una militancia de veinte años junto al pequeño productor. Ha transitado por un camino diferente”, dice un productor que conoce de cerca las cosechas de De Angeli.

Otra figura de Pampa Sur que también se acercó al macrismo es Miguel Saredi, actual representante de la Ciudad en el directorio del Mercado Central. Saredi fue cuestionado entre los ruralistas por acercarse al polémico secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, centro de los enojos del campo. Él defendió su decisión de oficiar de una suerte de asesor de Moreno: “Confrontar no ayudó”. (CRITICA)