Una vez más, los productores agropecuarios tienen la intención de incursionar en política para tratar de ocupar espacios en los Concejos Deliberantes y en las legislaturas provinciales y nacionales.
Esto no es nuevo, en plena dictadura militar, y pensando en la continuidad del régimen dentro de un esquema de semi democracia, el entonces Ministro de Agricultura de la Nación, Jorge Aguado intentó convertir a las Sociedades Rurales en Unidades Políticas.
En esta oportunidad, los productores creen que necesitan tener un bloque político en las distintas representaciones legislativas para imponer criterios que beneficien su accionar económico.
Sin embargo, los productores tienen entidades que los representan, con mucho poder, y tienen representaciones en todos los niveles.
Existen las entidades de primer grado que son las sociedades rurales como la de Necochea, las entidades de segundo grado como CARBAP a nivel provincial y la de tercer grado como CRA a nivel nacional.
Por lo tanto, pretender tener representación exclusiva de su sector en cámaras legislativas que deben defender y bregar por los intereses de TODOS los ciudadanos, sin distinción, es un absurdo.
¿De qué manera se manejarían los legisladores del campo?
¿Presionarían con sus votos positivos o negativos a cambio de lograr beneficios para su sector, aunque perjudiquen al resto de la comunidad?
La realidad es que no sería lógico que las cámaras legislativas se convirtieran en núcleos de poder de sectores que terminarían colisionando y generando un caos institucional.
Los legisladores representan a los ciudadanos y regiones, según sean diputados o senadores a nivel nacional o provincial, los concejales defienden los intereses de los habitantes de cada distrito, no puede haber sectores específicos que ostenten bloques políticos.