El Gobierno lituano va a presentar un paquete de medidas energéticas que, según la coalición gobernante de centro-derecha, será uno de los más importantes de la UE, en relación PIB.
En 2023 el 2% del PIB lituano se destinará a compensar a los consumidores, a medidas de fomento de los ingresos y ayuda a las empresas.
Además de limitar los precios del gas y la electricidad, el plan impone limitar la calefacción de los edificios públicos a 19 grados y del aire acondicionado a 27 grados, así como el teletrabajo los viernes y los lunes, y el fomento de inversiones en energía renovable.
«Estamos hablando de que el presupuesto tendrá que estar cerca, o por encima, de los mil millones de euros. Y esto está relacionado sólo con los precios de los recursos energéticos. Las medidas [de apoyo] a los ingresos también estarán previstas, por supuesto, en el presupuesto.»
Ingrida Šimonytė, Primera Ministra de Lituania
En Francia, la subida los precios de la energía ha obligado a cerrar piscinas públicas. Según el director de una piscina, los costes energéticos han pasado de 600 millones de euros a 1,6 millones.
También se está estudiando la posibilidad de reducir el número de trenes para ahorrar energía este invierno, lo que significa que los que circulen irán llenos.
Y los alcaldes franceses valoran dónde pueden apagar el alumbrado público después de medianoche sin comprometer la seguridad ciudadana.
Emmanuel Macron insta a los franceses a reducir el uso de energía, para evitar cortes este invierno. El presidente francés pide un esfuerzo voluntario, aunque se están preparando planes de racionamiento «por si acaso».
Macron aboga por reformar el mercado europeo de la electricidad para que los precios se fijen «de forma coherente» y por las compras comunes de gas.
«Si colectivamente nos comportamos más ‘sobriamente’ y ahorramos energía en todas partes, entonces no habrá racionamiento y no habrá cortes. Si tenemos un invierno muy frío, si hay un llamamiento a la solidaridad europea, podremos superarlo si sabemos ahorrar alrededor de un 10 % de energía», ha declarado Emmanuel Macron, presidente de Francia.
Macron ha dicho que Francia se está preparando para enviar gas a Alemania a cambio de electricidad, si es necesario, después de que Rusia suspendiera indefinidamente el suministro de gas a Europa, a través del Nord Stream.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, ha vuelto a acusar al presidente ruso, Vladímir Putin, de utilizar la energía «como un arma», asegurando que «fracasará».
También ha avanzado las propuestas que Bruselas presentará el viernes a los ministros de Energía de los Veintisiete: «reducir la demanda de electricidad», fijar un precio techo sobre las compras de gas ruso por gasoducto, ayudar a «empresas y hogares vulnerables» con «ingresos procedentes del sector energético» y apoyar a las compañías eléctricas que afrontan «problemas de liquidez vinculados a la volatilidad» del mercado.
Alemania da marcha atrás respecto a la energía nuclear
Alemania, muy dependiente del gas ruso, se ha visto obligada a dar un giro en su política. Deja en «reserva», hasta abril de 2023, dos de sus tres últimas centrales nucleares, que debían dejar de funcionar a finales de año.
«Para mí, la conclusión que debemos sacar de esta prueba de resistencia es que debemos mantener esta opción (energía nuclear) después del final de la vida normal de las centrales y que debemos poner las dos plantas nucleares del sur de Alemania en reserva, para que puedan ser utilizadas de nuevo o seguir utilizándose si la situación lo requiere, y que no debemos privarnos de esta opción», ha dicho Robert Habeck, ministro de Economía de Alemania.
Mientras Europa culpa a la guerra de Rusia en Ucrania de la crisis energética, el Kremlin la achaca a las sanciones occidentales, asegurando que el cierre del Nord Stream se debe a que no puede obtener las piezas necesarias para su mantenimiento.