París y otras seis ciudades francesas decidieron boicotear a su manera el Mundial de fútbol que se pondrá en marcha el 20 de noviembre en Qatar a modo de protesta por la violación de los derechos humanos y del medio ambiente en ese país.
La capital gala, así como Marsella, Burdeos, Nancy y Reims se sumaron hoy a Estrasburgo y a Lille, que lanzaron la iniciativa y rechazaron a promover la Copa del Mundo.
A modo de boicot, las ciudades mencionadas no instalarán pantallas gigantes en zonas destinadas a los aficionados para presenciar los partidos del Mundial, en el que Francia defenderá la corona conquistada en Rusia en 2018.
«Por nuestra parte no se habla de crear zonas para transmitir los partidos», afirmó Pierre Rabadan, asesor de Deportes de París, al confirmar que los fanáticos no contarán con un espacio específico para seguir los partidos de la selección que comanda Didier Deschamps y que compartirá el Grupo D con Dinamarca, Australia y Túnez.
«Lo hacemos por varios motivos y el primero apunta a las condiciones en las que fue organizada esta Copa del Mundo, tanto desde el aspecto relacionado con el medio ambiente como lo social».
«Otro aspecto tiene que ver con los tiempos y con el hecho de que se disputará en diciembre. Ese modelo de organización de grandes eventos va en contra de los que París espera organizar», agregó.
El alcalde socialista de Marsella, Benoit Payan, definió sin medias tintas que el Mundial de Qatar representa «una catástrofe humana y ambiental», en tanto que su colega de Lille, la también socialista Martine Aubry, denunció «la falta de respeto por los derechos humanos, ambientales y deportivos».
La situación de los obreros que trabajaron en las obras de infraestructura de esta Copa del Mundo es el eje principal de este boicot y fue motivo de controversia desde hace años.
Se habla de decenas de trabajadores fallecidos en la construcción o remodelación de los ocho estadios mundialistas, aunque las cifras oficiales de víctimas aportadas por los organizadores y avaladas por la FIFA apuntan a sólo tres.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentó un informe en el que señala que al menos 50 obreros fallecieron en distintos accidentes laborales en 2020 y otros 500 resultaron heridos de gravedad.
En lo que hace al cuidado del medio ambiente, el alcalde de Reims, Arnaud Robinet, apuntó: «Mientras los poderes públicos piden reducir el consumo de energía, la que se utilizará en los estadios del Mundial parece darle la espalda a ese reclamo y genera una legítima incomprensión hacia uno de los eventos más controvertidos en la historia del deporte». (ANSA).