El jefe de gobierno se quejó por los ataques de Patricia, que decidió seguir confrontando. Esperaban que el ex presidente mediara pero no lo hizo.
La tensión entre Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y Mauricio Macri escaló este martes tras una reunión en la que no pudieron llegar a un acuerdo para frenar las peleas internas que se dispararon por el episodio de Recoleta del fin de semana.
El PRO tuvo su «peor almuerzo» desde que sus principales dirigentes comenzaron a reunirse a principios de año, de acuerdo a lo que revelaron a LPO fuentes al tanto del encuentro en Costanera.
Los presentes decidieron filtrar que dejaron atrás el caso de la policía porteña y las vallas caídas en el domicilio de Cristina Kirchner, un operativo que fue criticado con dureza por Bullrich, que luego recibió réplicas públicas de los funcionarios porteños.
Sin embargo la pelea política continuó a lo largo del encuentro que tuvo momentos muy ásperos, según las fuentes. A Bullrich le recordaron que cuando era ministra de Seguridad tuvo conflictos que amenazaron su permanencia en el cargo y sin embargo el larretismo la respaldó.
Patricia, por su parte, dejó en claro que ante cada paso en falso de Larreta ella saldrá a hablar. Larreta, que se mostró muy vehemente, dijo que no estaba de acuerdo en confrontar internamente y que había que esforzarse en fortalecer a Juntos por el Cambio, porque si la unidad se pone en crisis, terminarán beneficiando al kirchnerismo.
En el PRO esperaban que Macri oficiara de ordenador, como líder del espacio. Pero entre silencios y algunas intervenciones, el ex presidente dijo que cada uno se exprese como quiere.
«Si Mauricio avala el caos, el PRO puede terminar en cualquier lado», dijeron con preocupación a LPO desde el partido amarillo.