Europa está decidida a golpear de nuevo la economía rusa para recortar los fondos para la guerra del presidente ruso, Vladimir Putin, en Ucrania.
Sin embargo, el nuevo paquete de sanciones llegará a la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno el próximo 24 de marzo aún sin una de sus armas más poderosas: el embargo al petróleo ruso.
El Consejo de Exteriores fue incapaz de encontrar un acuerdo, dividido entre los halcones que quieren atacar más y los países más dependientes del combustible ruso.
El tema será abordado por los líderes, pero la adopción formal de las nuevas medidas parece descartada. El Kremlin, en tanto, ya dio a conocer la suya: «Tal decisión empeorará el balance energético de Europa y afectará a todos».
El acuerdo entre los 27 llegó sobre la denominada Brújula Estratégica, que permitirá a la Unión reforzar su seguridad y la política de defensa, desplegando hasta 5.000 soldados entrenados, entre otras cosas, para evacuar a los ciudadanos europeos de las zonas de riesgo o de llevar apoyo médico.
«No se trata de un ejército común -dijo el Alto Representante de la UE, Josep Borrell-. Se mantendrán los ejércitos nacionales, pero tendrán que coordinarse mejor».
Para Europa, sin embargo, es «un momento histórico, un punto de inflexión para la UE como institución que da seguridad», subrayó el diplomático español, quien remarcó que la brújula no es «una reacción a la guerra de Ucrania», por cuanto «oportuna», y que no serán de ningún modo complementario de la OTAN.
Para el ministro Lorenzo Guerini, «Italia considera la Brújula Estratégica un primer paso hacia una Europa de la Defensa».
Determinados y «unidos» en el apoyo a Ucrania, los ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa llegaron a un acuerdo por otros 500 millones de euros en el marco del Fondo Europeo para la Paz, que eleva a 1.000 millones la ayuda a Kiev para la compra de armamento.
Una unidad que se rompió -de momento- sobre las nuevas sanciones contra Moscú, con países como Lituania, República Checa y Eslovaquia presionando por un bloqueo del petróleo ruso.
Vilna, una de las más decididas, considera ahora «inevitables» las sanciones al sector energético, «en particular al sector petrolero, que puede ser reemplazado fácilmente», y no descarta medidas también contra China si ayuda militarmente a Rusia.
Alemania es más cautelosa porque teme las repercusiones energéticas: «Si pudiéramos detener las importaciones de petróleo de Rusia, lo haríamos automáticamente», dijo la ministra, Annalena Baerbock, en Bruselas.
«No es una cuestión de si lo queremos o no, sino de cuán dependientes somos», explicó, invitando a «comprender cómo podemos reducir esta dependencia».
Italia, por su parte, está «abierta» a la hipótesis de un «quinto paquete de sanciones» contra Rusia, «no pone vetos» pero «espera la propuesta de la Comisión», dijo el titular de la Farnesina Luigi Di Maio, subrayando que el gobierno italiano no será tomado desprevenido y que ya está trabajando en alternativas energéticas con otros países para evitar el «chantaje».
FUENTE: ANSA.