La llegada de la variante Omicron y la perspectiva de un aumento exponencial de las infecciones, combinada con la posibilidad de que el gobierno decida nuevas medidas de contención para hacer frente a la nueva ola, es realmente aterradora, al punto que cerca de 8 millones de italianos decidieron renunciar a los viajes y a las vacaciones por Navidad y Año Nuevo y quedarse, finalmente, en casa.
La nueva alarma para el sector turístico que ya se puso a prueba tras dos años de pandemia proviene de la bolsa de vacaciones de fin de año de Demoskopika -que ANSA publicó como adelanto-.
Algo más de la mitad de los italianos (52%) habrían decidido ir de vacaciones para las vacaciones de fin de año, con un 24% que ya reservó. A estos se suman aún los indecisos (15%), mientras que los que están listos para empacar serían 18 millones y 9 de cada 10 elegirán destinos nacionales.
Luego están aquellas 24 millones de personas que optaron por no irse (48%): 12,4% porque «a pesar de querer hacerlo tienen miedo a viajar» debido a la pandemia y el 16% (hasta 8 millones) cancelaron la reserva tras la noticia de la variante Omicron.
Ansiedad, miedos e incertidumbres que frenan tanto que el ministro de Turismo, Massimo Garavaglia, insiste en la necesidad de una comunicación más suave: «Me gustaría una linda Navidad, un buen mes sin hablar de Covid» sonríe el exponente de la Liga Norte de Lecce, invitado de una reunión en un campus universitario.
Pero de todos modos, los números hechos por Demoskopika, también confirmados por Fiavet, son lamentablemente absolutamente verosímiles.
En estos días existe una tendencia a las cancelaciones que incluso podrían aumentar si se introducen otras restricciones.
Tanto es así que las previsiones más pesimistas difundidas en las últimas semanas entre los operadores del sector ya pronosticaron desde hace algunos días hasta 11 millones de renuncias. En tanto, según Demoskopika, también según las encuestas recientes de Federalberghi y Assoturismo Confesercenti, los centros turísticos de montaña o ciudades de arte y pueblos del hermoso país son los destinos más buscados por quienes deciden irse.
En detalle – leemos en la bolsa del Instituto liderado por Raffaele Rio – prevalecen las montañas (31%) seguidas de las ciudades italianas del arte (27,1%) y luego el campo (14,3%) o el lago (11, 9) %). Le siguen el mar (9,6%) y las vacaciones en spa (6,1%).
También según Demoskopika, el alojamiento en hoteles vuelve a ser protagonista y el «hágalo usted mismo» está en declive. En concreto, el 29% no tiene intención de renunciar al hotel y el 12,1% a la hostelería de la villa turística.
Por el lado no hotelero, las opciones recaerán principalmente en bed and breakfast (27%) seguido del agroturismo (4,8%) y por el camping (1,2%).
La oferta del alojamiento tradicional, en definitiva, vuelve a ser preferida respecto al «hágalo usted mismo» que en solo un año ha disminuido en más de 14 puntos porcentuales: 25,8% en el año en curso frente al 40% en 2020.
En particular, el 19,1% de la muestra opta por viviendas alquiladas, mientras que el 6,8% por inmuebles de propiedad de la familia o alojados por familiares y amigos.
En cuanto a las ayudas para el sector, «los casi 2.000 millones de euros del Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia para el turismo son buenos, pero el relanzamiento pasa necesariamente de una visión estratégica que actualmente es débil», advirtió el presidente de Demoskopika, Raffaele Rio, según el cual «un análisis preliminar de mercado para minimizar el riesgo de inversiones».
No solamente eso: las medidas dirigidas al sector hotelero y a los turoperadores, señaló Rio, «van dirigidas a la empresa individual, cuando sería oportuno e innovador orientar recursos también hacia áreas identificadas a partir de la concentración de una oferta de servicios integrados y de la capacidad para atraer las nuevas tendencias de consumo de turistas». (ANSA).
