El líder de la banda criminal rosarina, condenado este jueves a siete años, totaliza penas por las que podría pasar encerrado cerca de un siglo, aunque el Código Penal no lo permite. Su abultado prontuario incluye tenencia ilegal de armas, homicidio, asociación ilícita, comercio de estupefacientes y amenazas.
El jefe de la banda criminal rosarina “Los Monos”, Ariel “Guille” Cantero, fue condenado este jueves por séptima vez en siete años y acumula penas por 84 años de prisión, aunque no están unificadas y, si eso ocurriera, el Código Penal no permite que el encierro supere medio siglo.
El hombre de 32 años recibió sentencias condenatorias por delitos como homicidio, comercio de estupefacientes, tenencia ilegítima de arma, secuestro extorsivo y amenazas.
El jefe de “Los Monos”, una violenta banda narcocriminal surgida hace más de dos décadas en el barrio Las Flores del sur de la ciudad santafesina de Rosario, está detenido desde junio de 2013, cuando se entregó en forma voluntaria a la Policía local mientras era buscada por un homicidio.
Tras el asesinato de su hermano, Claudio “Pájaro” Cantero, en mayo de 2013, «Guille» quedó al frente del clan familiar que inició su padre, Ariel Máximo Cantero, conocido como “El Viejo”.
Pero un mes después quedó detenido y desde entonces acumuló siete condenas, cinco de ellas por delitos cometidos mientras estaba en prisión.
Las condenas que recibió “Guille” Cantero
Marzo de 2014: dos años de prisión por tenencia ilegítima de arma de guerra.
Abril de 2018: 22 años por homicidio y como organizador de una asociación ilícita que cometió múltiples delitos.
Diciembre de 2018: condena a 15 años por comercio ilegal de estupefacientes en la causa conocida como “Los Patrones”.
Octubre de 2019: sentenciado a 10 años de reclusión por ordenar desde la cárcel un secuestro extorsivo.
Diciembre de 2019: otra condena por narcotráfico, con una pena de siete años de prisión.
Julio de 2020: seis años y ocho meses por amenazas a un juez que le negó un traslado de cárcel.
Septiembre de 2021: condena a 22 años como instigador de siete casos de balaceras a domicilios de magistrados y edificios judiciales.
El Tribunal que lo condenó en la fecha unificó la pena de 22 años con la última condena (seis años y ocho meses), por coacción agravada a un juez, que es la sentencia que está firme, y le dictó una pena única de 28 años y ocho meses.