El ataque del 6 de enero al corazón de la democracia estadounidense, el Capitolio, alentado por el expresidente Donald Trump, sigue teniendo puntos oscuros que serán investigados por una comisión que está cerca de ser formada, gracias a un acuerdo bipartidista.
Se trata de un acuerdo alcanzado entre demócratas y republicanos, surgido en un comité de la Cámara de Representantes. El acuerdo crearía un organismo de 10 personas, con cinco comisionados.
Entre ellos un presidente, elegido por la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (demócrata por California) y el líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer (demócrata por Nueva York).
La otra mitad de los miembros de la comisión serán seleccionados por el líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy (Republicano por California) y por el líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell (Republicano por Kentucky).
El panel tendrá la difícil tarea analizar detalles aún turbios, incluido si había algún plan orquestado para interrumpir la certificación de la victoria del presidente Joe Biden en el Colegio Electoral. El objetivo es lograr un informe para fines de este año.
El presidente del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes, Bennie Thompson (Demócrata por Mississippi), anunció el plan con el representante republicano del comité superior John Katko (Nueva York).
En las próximas horas será presentado un proyecto de ley para crear la comisión, con una probable votación en la Cámara la próxima semana.
Katko aseguró a un grupo de reporteros en el Capitolio que McCarthy no había firmado todavía. «Él lo está mirando», dijo el republicano.
La formación de una comisión para investigar los disturbios en el Capitolio encontró varios escollos en las últimas semanas, debido a que los republicanos manifestaron su preocupación de que los demócratas estuvieran intentando usar la violencia para difamarlos políticamente.
«El enfoque para mí es convertirlo en una mejor agencia de seguridad y aplicación de la ley porque obviamente hubo muchas deficiencias que quedaron de manifiesto el 6 de enero y que debemos arreglar», dijo Katko al New York Post, refiriéndose a la Policía del Capitolio.
El motín ocurrió poco después de un discurso cerca de la Casa Blanca en el que el entonces presidente Trump alentó a sus seguidores a ir al Capitolio para protestar por la confirmación de Biden en el colegio electoral.
Después de que se rompieron ventanas y puertas, cientos de personas ingresaron al edificio, lo que provocó la huida desesperada de los legisladores que estaban en plena sesión.
Al menos cinco personas murieron en el motín y más de 140 resultaron heridas, la mayoría policías y fuerzas del orden.
Los demócratas de la Cámara, junto con 10 republicanos, acusaron a Trump una semana después de los disturbios por supuestamente incitar a una insurrección.
Finalmente, Trump fue absuelto después de dejar el cargo por el Senado, con 57 senadores, incluidos siete republicanos, votando que era culpable, menos del umbral de dos tercios requerido para la condena. (ANSA).