Los gobiernos europeos hacen otro ajuste a las medidas restrictivas para intentar contener los contagios debido a que el Covid-19 continúa enfurecido y sigue provocando más casos, a pesar de las restricciones vigentes desde antes de la Navidad.
Es el caso sobre todo de Alemania, que extiende el bloqueo hasta finales de enero, el Reino Unido que no planea abandonarlo antes de marzo y Dinamarca, que introduce nuevas restricciones y refuerza el bloqueo.
En Berlín la canciller Angela Merkel llegó a un acuerdo con los 16 estados federales -ya anunciado en los últimos días- para extender el bloqueo introducido a mediados de diciembre hasta el 31 de enero, que prevé el cierre de escuelas, bares, restaurantes y muchas tiendas.
Por primera vez, como prueba de la gravedad de la situación, Alemania también ha decidido limitar el movimiento de sus ciudadanos: no será posible ir más allá de un radio de 15 kilómetros en las zonas rojas con alta incidencia del virus.
Medidas que incluso en Alemania parecen encontrar un creciente cansancio por parte de la población que es difundido por tabloide Bild que llega a definir el documento firmado por Merkel como «el más absurdo de la historia».
Al otro lado del Canal, también el Reino Unido tiene frente así otras «semanas muy, muy difíciles» por delante, dijo el ministro Michael Gove, número tres en el gobierno conservador de Boris Johnson, el día en que el país registró su nuevo récord absoluto de infecciones.
Por primera vez, se rompió el umbral de los 60.000 casos diarios, aunque con una cuota de casi 465.000 hisopados, y el número de muertes volvió a niveles cercanos a los de los picos de primavera: 830 pacientes perdieron la vida en el espacio de 24 horas.
También se supo que dos de cada 100 británicos contrajeron Covid durante la semana entre el 27 de diciembre y el 2 de enero, alrededor de un millón de personas.
Ante esta situación, es probable que el tercer bloqueo general anunciado a principios de esta semana por el primer ministro Boris Johnson permanezca en vigor hasta marzo, según las previsiones de Gove.
Paralelamente a los cierres y restricciones, el otro frente de la lucha contra el virus que ve a los estados en primera líneas es aquel de las campañas de vacunación.
Y si en Reino Unido, donde fueron los primeros en salir, ya se han inyectado más de 1,3 millones de vacunas y están convencidos de que a mediados de febrero podrán administrar la primera dosis a más de 13 millones de personas, en el Viejo Continente muchos recien comienzan.
En Francia, después de un comienzo muy difícil, el ministro de Sanidad, Olivier Véran, aseguró que en los próximos días el país se pondrá al día con el resto de estados europeos.
En España, para hacer frente a los retrasos, la idea de que el ejército salga al campo para apoyar a las autoridades sanitarias. Y en Holanda, el primer ministro Mark Rutte admitió frente al parlamento la falta de preparación de su gobierno, que comenzará a vacunar este miércoles, último en la Unión Europea.
«No estamos preparados para distribuir una vacuna que debe almacenarse a -70 grados», dijo Rutte abriendo los brazos.
Para hacer frente a la sed de dosis del fármaco, que aún son escasas en comparación con las necesidades de los países, la Comisión Europea ha vuelto para asegurarse de que tiene negociaciones en curso con Pfizer-BioNtech, por una cantidad adicional de ampollas que según algunos medios internacionales equivaldrían a más 50 o 100 millones de dosis.
En tanto, del otro lado del océano, la situación parece cada vez más fuera de control: en el condado de Los Angeles, donde los hospitales se derrumban y las muertes son casi mil por día, se ha pedido a las ambulancias que no lleven más a esos pacientes que tienen muy pocas posibilidades de sobrevivir.
Mientras se agrega un nuevo capítulo al proceso de la atribulada misión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a China para investigar los orígenes del Covid-19.
El equipo de científicos de la agencia de Naciones Unidas partió, anunció el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, aunque aún no obtuvo la autorización de Pekín. (ANSA).