Cuatro pacientes presuntamente infectados con la nueva cepa del coronavirus, surgida en el Reino Unido, fueron reportados hoy en Brasil, que corre el riesgo de enfrentar una «tragedia» sanitaria sin precedentes, dijo la infectóloga del Hospital de Clínicas paulista.
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, criticó el aislamiento social.
La médica Ho Yeh Li, coordinadora del departamento de infectología del Hospital de Clínicas, dijo que «si estamos frente a una cepa que se transmite con más facilidad y con personas que respetan cada vez menos el aislamiento, entonces estamos frente a una tragedia anunciada».
El cuadro sanitario de Brasil es uno de los peores del mundo, habiendo iniciado el año con poco menos de 195 mil muertos y las playas de Rio de Janeiro y San Pablo colmadas de público que desacatan las normas de distanciamiento y no siempre utilizan barbijos.
«Tengo la sensación de que no estamos preparados para enfrentar esta dolencia», acotó la especialista del Hospital de Clínicas al ser consultada sobre las perspectivas que surgen tras los presuntos cuatro casos de infectados con la cepa B 1.1.7, la cual fue detectada el mes pasado en el Reino Unido.
El secretario de Salud de San Pablo, Jean Gorynchtein, anunció hoy que las muestras extraídas de dos de los nuevos pacientes serán analizados por el Instituto Adolfo Lutz, un laboratorio estatal de referencia.
La cepa B.1.1.7 es el resultado de la mutación del SARS-CoV 2 y su capacidad de contagio es superior de los tipos originales, según las investigaciones que, en cambio, no la describen como más infecciosa.
El secretario Gorynchtein declaró que el gobierno paulista está en «alerta» ante la aparición de este linaje e informó que el resultado de los estudios de laboratorio puede ser conocido entre hoy y el sábado.
San Pablo inició el 2021 en «Fase Roja» de aislamiento social decretado por el gobernador, Joao Doria, ante el agravamiento de la pandemia y el riesgo de que las grandes concentraciones de público en la costa derive en una explosión de enfermos.
Sin acatar la normativa paulista el presidente Bolsonaro pasó los últimos días visitando playas de ese estado sin mascarilla y confraterinzando con simpatizantes a los que les estrechó las manos y abrazó.
En la noche del jueves, poco antes de las campanadas del Año Nuevo, Bolsonaro realizó una transmisión en vivo por las redes sociales desde San Pablo.
En tono enfático dijo estar cansado de la gente que «usa la máscara, saludando con el codito. ¡Por el amor de Dios el pueblo no puede quedarse en su casa!.
El caos puede llegar, el infierno está volviendo por la irresponsabilidad de cerrar todo» imponiendo el aislamiento.
En la misma transmisión, Bolsonaro atacó a la «prensa podrida que todo el tiempo dice que el presidente anda sin máscara, la máscara no protege nada, eso es una ficción».
Con el rostro bronceado, probablemente debido a sus paseos por la playa, y vistiendo una casaca de futbolista Bolsonaro dio a entender que no despedirá al ministro de Salud, Eduardo Pazuello.
Calificó de «idiotas» a dos periodistas del portal UOL y la revista Veja que publicaron artículos sobre la posible renuncia en los próximos días del general Pazuello.
Mientras tanto en Brasilia no se disipó la sospecha de que Pazuello pueda dejar el cargo debido al atraso en el inicio de la vacunación contra el coronavirus, la cual podría comenzar a fines de enero o en febrero, según anunciaron esta semana funcionarios del gobierno.
Ante la demora del gobierno federal, el gobernador de San Pablo, Joao Doria, declaró esta semana que en su estado la inmunización comenzará el 25 de enero con la vacuna china Coronavac. (ANSA).
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