La noticia de que la vacuna del laboratorio norteamericano Pfizer y el alemán BioNTech tiene resultados positivos en un 90%, aunque aún no terminó la experimentación, dio la vuelta al mundo y provocó la suba de las Bolsas, encendiendo la esperanza en medio de la segunda ola de la pandemia.
Sin duda está en buena posición para conquistar el récord de la vacuna «más rápida de la historia». Y aumenta el optimismo también el anuncio de BioNTech de querer pedir, con Pfizer, la autorización para la producción al ente estadounidense de control de medicamentos, la Food and Drug Administration (FDA).
Sobre la base de las proyecciones, ambas empresas consideran poder proporcionar 50 millones de dosis a nivel global en 2020, y hasta 1.300 millones en 2021.
Es la primera vez que se asiste a una carrera semejante para obtener una vacuna contra una enfermedad nunca vista, responsable de una pandemia.
Basta pensar que solo en mayo BioNTech estaba en la fase 1 de la experimentación, junto a un puñado de otras empresas. Hoy, según la lista de la Organización Mundial de la Salud (OMS), son 202 las empresas que están experimentando una vacuna anti Covid-19.
De estas, 47 comenzaron el test sobre seres humanos, y diez de ellas llegaron a la tercera y última fase de experimentación.
Carriles preferenciales, autorizaciones facilitadas y una máquina organizativa nunca vista permitieron condensar en pocos meses un proceso que, en condiciones normales, requiere años.
Por eso el anuncio de Pfizer y BioNTech encendió también el entusiasmo y la esperanza de los políticos, empezando por el presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, para quien el dato sobre la vacuna «da esperanza» pero «es importante comprender que aún faltan meses para el fin de esta batalla contra el Covid-19».
Además el proceso de aprobación de la vacuna, agregó, «debe ser conducido por la ciencia, de modo que la opinión pública tenga confianza en que es segura y eficaz».
La invitación es a mantener la calma y no abandonar las medidas de prevención, considerando que «las proyecciones indican que podríamos perder otras 200.000 vidas en los próximos meses, antes de que la vacuna esté disponible para todos».
En un estilo muy distinto, el presidente saliente Donald Trump tuiteó que «la Bolsa sube, la vacuna llegará pronto.
Informes sobre la eficacia en un 90%. Gran noticia».
Se mostró entusiasta asimismo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien en un tuit exclamó que «la ciencia europea funciona» y anunció querer firmar con Pfizer y BioNTech un contrato para tener hasta 300 millones de dosis.
En cambio el ministro de Salud alemán, Jens Spahn, se refirió a la vacuna como la más veloz en la historia de la humanidad. En Italia, su colega Roberto Speranza definió las vacunas como «alentadoras», aunque observando que «aún hace falta mucha prudencia».
En espera de la vacuna, mientras tanto, las únicas defensas son el uso de tapabocas, distancia social e higiene de manos, pero el anuncio de ambas empresas también sacudió al mundo científico.
«Noticias alentadoras», comentó el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus; «una noticia extraordinaria», dijo el inmunólogo Anthony Fauci, director del Centro norteamericano para las enfermedades infecciosas (NIAID).
Si el resultado sin duda es positivo, la comunidad científica espera ahora que se completen los tets y se publiquen los resultados, así como la respuesta a preguntas cruciales, como aquellas sobre la duración de la inmunidad y sobre la distribución de la vacuna en los países más pobres. (ANSA).