La predicción quinquenal expone que es «probable» que la temperatura mundial anual supere por lo menos en 1 °C los niveles preindustriales en cada uno de los próximos cinco años, y es «muy probable» que ese aumento oscile entre 0,91 y 1,59°C.
La temperatura media anual mundial subirá probablemente al menos 1 grado centígrado (ºC) durante los próximos cinco años respecto a los niveles preindustriales (1850-1900) y las probabilidades de que «por lo menos un año» se supere el valor de referencia de 1,5ºC –objetivo límite del Acuerdo del Clima de París– es del 20 por ciento, según una nueva predicción climática realizada por la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
De acuerdo con el boletín del clima mundial anual a decenal que elabora la Oficina Meteorológica del Reino Unido que realiza una proyección climática anual para los próximos cinco años, la temperatura media de la Tierra «ya está 1ºC por encima del valor de la era preindustrial» y el último quinquenio ha registrado los cinco años más cálidos de los que se tiene constancia.
El secretario general de la OMM, Petteri Taalas, ha explicado que este estudio de alto nivel científico pone de manifiesto el «largo camino que queda por recorrer» para poder cumplir el objetivo del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático de lograr que este siglo el aumento de la temperatura mundial quede muy por debajo de los 2 °C con respecto a los niveles preindustriales y de proseguir con los esfuerzos para limitar ese incremento de la temperatura a 1,5 °C.
Las predicciones incluyen variaciones naturales y la influencia humana para proporcionar los mejores pronósticos posibles de la temperatura, la precipitación, la configuración del viento y otras variables para los próximos cinco años.
Sin embargo, los modelos de pronóstico no toman en consideración los cambios en los niveles de emisiones de gases de efecto invernadero y aerosoles fruto de las medidas de confinamiento adoptadas a raíz del brote de la enfermedad provocada por el coronavirus.
«La OMM ha recalcado en repetidas ocasiones que la ralentización industrial y económica causada por la COVID-19 no sustituye una acción climática continuada y coordinada.
El período de persistencia del dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera es extremadamente prolongado y, a raíz de ello, no se espera que la reducción en las emisiones de este año suponga una disminución de las concentraciones atmosféricas de CO2 que impulsan la subida de la temperatura mundial», ha insistido Taalas.
No obstante, ha advertido de que aunque el COVID-19 ha provocado una grave crisis sanitaria y económica a escala internacional, el hecho de no abordar el cambio climático puede «amenazar» el bienestar de las personas, los ecosistemas y las economías durante siglos, por lo que Taalas considera que los Gobiernos deberían aprovechar la oportunidad para integrar la acción climática en los programas de recuperación y velar por que, al retomar la senda del crecimiento, este se sustente en mejores cimientos.
Por su parte, el jefe de predicción a largo plazo del Centro Hadley de la Oficina Meteorológica del Reino Unido, el profesor Adam Scaife, ha destacado que «se trata de una nueva capacidad científica apasionante».
«A medida que se intensifica el cambio climático antropógeno, cada vez es más importante que gobiernos e instancias decisorias puedan servirse de datos actualizados anualmente para comprender los actuales riesgos climáticos», reclama.
El informe de predicción para el periodo 2020-2024 señala que la probabilidad de que durante los próximos cinco años, haya uno o varios meses con una temperatura por lo menos 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales es del 70 por ciento.
Además, señala que hay una probabilidad del 20 por ciento de que la temperatura de uno de los próximos cinco años supere en por lo menos 1,5 °C los niveles preindustriales, pero añade que «esa probabilidad se va incrementando con el paso del tiempo».
Asimismo, califica de «extremadamente improbable», con una probabilidad aproximada del 3 por ciento, que la temperatura media de los cinco años correspondientes al período 2020-2024 supere en más de 1,5 °C los niveles preindustriales.
El aumento térmico previsto para ese lustro estima también «probable» que aumente la temperatura de «prácticamente todas las regiones, salvo en partes de los océanos meridionales, sea más cálida que en el pasado reciente».
En cuanto a las precipitaciones, el estudio que publica la OMM también estima «probable» que las regiones de latitudes altas y en el Sahel aumenten sus precipitaciones respecto al pasado reciente, mientras que en las zonas más septentrionales y orientales de América del Sur es probable que las condiciones sean más secas.
Más tormentas en Europa occidental
Por otro lado, explica que, en el próximo quinquenio, las anomalías de la presión del nivel del mar sugieren que en la región septentrional del Atlántico Norte los vientos del oeste podrían intensificarse y ello podría suponer un incremento de la actividad tormentosa en Europa occidental.
De momento, el primer año del periodo estudiado, 2020, califica también como probable que la temperatura de amplias zonas terrestres del hemisferio norte supere en más de 0,8°C el valor del pasado reciente (que corresponde a la media del período 1981-2010) e incluso que el Ártico se haya calentado «más del doble» que la media mundial.
Por el contrario, el cambio más pequeño en las temperaturas se espera este año en los trópicos y en zonas de latitudes medias del hemisferio sur. Al mismo tiempo, pronostica que es probable que en 2020 en muchas partes de América del Sur, África meridional y Australia las condiciones sean más secas que en el pasado reciente.
El Programa Mundial de Investigaciones Climáticas, un programa copatrocinado por la OMM, ha impulsado el desarrollo de la capacidad de predicción a corto plazo al declarar esa esfera como uno de sus grandes desafíos globales.
La Oficina Meteorológica del Reino Unido ejerce en calidad de centro principal, y este año grupos de predicción climática de España, Alemania, el Canadá, China, los Estados Unidos de América, el Japón, Australia, Suecia y Dinamarca han aportado nuevas predicciones.
La combinación de pronósticos de centros de predicción climática de todo el mundo permite obtener productos con una calidad más elevada que la que podría conseguirse si se recurriera a una única fuente de datos.