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Por Gabriel De Vito

Serán 25 millones de pesos de inversión, beneficiando a un enorme sector de la población, con pavimentos, bacheos y cordón cuneta, un verdadero impacto positivo de enorme contenido social para miles de vecinos, y el comienzo de la pavimentación de la calle de la escollera.

Podríamos quedarnos en el anuncio, que desde ya es importante, y añadir el arreglo de calles en la zona del Hospital «José Irurzun» de Quequén, pavimento en las salidas de las escuelas 49,40 y 21, Jardín de Infantes 915 y Barquitos de Papel.

Puerto Quequén poniendo un acento social desde la decisión del Consorcio de Gestión de Puerto Quequén, que conduce el doctor Arturo Rojas, sumando otro hecho positivo de mejoramiento de la calidad de vida del habitante (algunos son reclamos históricos), algo que viene aconteciendo sin interrupción de tiempo atrás.

No es fácil para el ciudadano común entender el funcionamiento de un puerto, y suele repetirse la clásica frase… «¿Qué deja el puerto al distrito de Necochea?

Respuesta… El acercamiento Puerto-Ciudad ha sido un signo distintivo de esta conducción, donde podemos hablar de lo macro cuando nos referimos a la histórica obra del dragado a 50 pies, modernizando con esta obra internacional todo el canal de acceso permitiendo una ágil operatividad, reducción de tiempo de espera, mejor calado, haciendo un puerto competitivo.

«El puerto asume el compromiso de crecer con la ciudad», suele repetir el doctor Arturo Rojas, comenzando con obras urbanas sobre las costaneras de ambas márgenes Necochea-Quequén, con una inversión de siete millones de pesos, ya concretadas, mejoras en lugares claves sobre el río, puerto y mar, renovación de luminarias, la construcción de parador en el acceso a la Escollera Sur, en una apretada síntesis que tiene que ver con la realidad de un  puerto que baja a cada vecino con hechos concretos.

Este anunció de realización de arreglo de calles, cordón cuneta, pavimentos, especialmente en zonas con necesidades como Quequén es ponerle acento social desde el Consorcio, que merece el reconocimiento general, como también algunas críticas, especialmente de sectores politizados.

Las obras hay que ejecutarlas, quedan para la ciudad, provengan de donde provengan, lo real es si le sirve a la gente.

Además de general progreso implica la generación de trabajo, algo no simple en estos tiempos que transcurren, ese es el valor máximo de aspiración de un ser humano, la posibilidad de trabajo.

Es cierto que diferentes situaciones ha vivido el Consorcio con diferentes conducciones, en distintas circunstancias, cada uno colocando su impronta, el actual no ha descuidado un ápice lo social, al hombre y mujer de carne y hueso, compatibilizando capital y trabajo, entendiendo que todos los actores de una comunidad deben ser atendidos, tanto el capital, la exportación, la cadena que transita por el puerto, pero siempre presente el ciudadano, ese que nunca debemos desproteger, y cuando se está al frente de instituciones de este nivel y responsabilidad es elogioso que sus dirigentes tengan una mirada integradora.

El Consorcio podría repetir aquello de…»hay mejores cosas por delante, de las que dejamos atrás», no porque lo pasado no ha sido positivo, sino porque desde el ente portuario nos siguen sorprendiendo gratamente con realizaciones destinadas a toda la comunidad.