Estados Unidos aceptó hoy que los cambios climáticos impactan en la salud de las personas, en un documento conclusivo de la cumbre del G7 de la Salud, en la ciudad italiana de Milán. Lo informó la ministra de Salud italiana, Beatrice Lorenzin.
Es una de las cuestiones salientes del encuentro de ministros de Salud que, además de acordar una serie de medidas para hacer frente a los efectos del cambio climático en la salud, estableció líneas para promover la mejora de condiciones de mujeres y niños, para una mayor protección de los inmigrantes y para apoyar la sustentabilidad de los sistemas sanitarios nacionales.
«Se alcanzó una conclusión compartida, fue un gran trabajo político pero logramos encontrar un punto de vista común, incluso con Estados Unidos», sostuvo Lorenzin en diálogo con la prensa.
La ministra explicó que, en referencia al Acuerdo de París, del cual Estados Unidos se retiró, «se confeccionó un documento en el que se recuerdan las posiciones estadounidenses, si bien aceptó el impacto de los factores climáticos en la salud de las personas».
«Este G7 fue muy importante porque trabajamos en la unidad, y era fundamental lograr una declaración conjunta sobre un tema tan importante como la salud. Apelamos al hecho que este tema se relaciona con la vida de millones de personas y entonces se alcanzó un compromiso aceptable para todas las partes», explicó la ministra italiana.
Se trató de un «punto de partida», agregó, porque se preservó la unidad del G7 y «eso nos permitirá en los próximos meses avanzar sobre el tema del impacto climático en la salud».
Sobre el «compromiso» alcanzado con Estados Unidos, Lorenzin aclaró que «fue logrado en primer lugar de palabra: nos atuvimos al lenguaje de la cumbre de los jefes de Estado celebrado en Taormina», en Sicilia.
«Por último, aún reconociendo posiciones diferentes en cuanto al Acuerdo de París, Estados Unidos aceptó reconocer el impacto de los factores climáticos en la salud, y esto nos permite avanzar en la dirección de un trabajo conjunto», concluyó.
El documento final del encuentro, que concluye hoy, destacó entre otras cuestiones «la importancia de reforzar los sistemas sanitarios a través de específicos recorridos nacionales hacia la cobertura sanitaria universal sin dejar a nadie atrás».
Italia, Francia, Canadá, Alemania, Gran Bretaña, Japón y Estados Unidos ratificaron por otra parte «el compromiso colectivo para que 500 millones de personas salgan del hambre y de la desnutrición en 2030».
En tanto, respecto del impacto de los factores climáticos, confirmaron su compromiso de trabajar «para alcanzar en 2020 la gestión ecosustentable de las sustancias químicas y de los deshechos para reducir al mínimo los efectos negativos en la salud humana y en el medio ambiente». Las acciones de los países estarán también dirigidas a la reducción de las emisiones en las zonas urbanas y a la promoción de innovaciones como «el trabajo inteligente y la movilidad sostenible».
El documento conjunto también colocó la atención en los inmigrantes con el compromiso de «apoyar la prestación de servicios sanitarios, en particular programas de inmunización, a inmigrantes y refugiados, aún en casos de traslados forzados y períodos de crisis prolongados».
«Trataremos de incrementar el acceso a los servicios de salud física y mental de los inmigrantes, refugiados y poblaciones en situaciones de crisis», detalló el texto. El apoyo a los inmigrantes, subrayaron los ministros de Salud de los países del G7, «debería considerar sus necesidades específicas, no dejando a nadie de lado».
Uno de los párrafos del documento se refirió a la promoción de «la igualdad de género en todos los ámbitos, incluidas las políticas sanitarias» y a la voluntad de promover «la investigación y el desarrollo de nuevos agentes antimicrobianos, terapias alternativas y vacunas».(ANSA).