El intento de la ONU de lograr una resolución sobre el presunto ataque químico en Siria y promover la investigación se vio hoy nuevamente frustrado después de que Rusia decidiera, por octava vez, vetar el borrador presentado por Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos.
Moscú bloqueó la resolución promovida por estos tres países occidentales sobre el ataque químico en Khan Shaykhun, un área controlada por los rebeldes en el norte de Siria, donde perdieron la vida al menos 74 personas, incluidos 25 menores, por asfixia.
En el texto, además del pedido de acceso de los inspectores de Naciones Unidas y de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas para investigar lo sucedido, se pedía a Damasco cooperar plenamente con las dos organizaciones, incluso suministrando los datos sobre los vuelos aéreos en el día del ataque y sobre las bases militares.
La resolución obtuvo 10 votos a favor, dos en contra (el veto de Rusia y el no de Bolivia) y tres abstenciones (China, Etiopía y Kazajistán). «Esto debía ser el inicio de la responsabilidad para los autores del ataque químico en Siria, y en cambio tenemos un veto de Rusia», dijo el embajador británico en la ONU, Matthew Rycroft, comentando el nuevo no de Moscú sobre el borrador de la resolución que condenaba el ataque químico en la provincia de Idlib.
«El veto ruso es una vergüenza decidida para proteger al tóxico régimen de (Bashar al) Assad», precisó.
Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña acusan al régimen de Al Assad de lo ocurrido, mientras que Rusia afirma que el ataque fue provocado por un bombardeo del ejército sirio, pero que la sustancia tóxica partió de una fábrica de armas químicas de los rebeldes de la oposición. Rusia continúa entonces haciendo de escudo a la aliada Siria entre las condenas casi unánimes y el voto sobre un texto que continúa patinando, paralizando de hecho la acción de la ONU que queda nuevamente impotente.
Por su parte, el representante permanente ruso ante la ONU, Vladimir Safronkov, defendió la decisión adoptada y aseguró que «aceptar el proyecto occidental (de resolución en el Consejo de Seguridad, ndr) implicaba legitimar la incursión estadounidense en Siria» De ese modo justificó el veto de Rusia. «Tienen miedo de una investigación imparcial, que pide Rusia», sobre el presunto uso de armas químicas en Siria, agregó el diplomático.
El no de Moscú al borrador de resolución elaborado por Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos se había hecho sentir fuerte y claro en la apertura de la enésima reunión del Consejo de Seguridad provocando entonces un nuevo estallido sobre el voto acompañado por un endurecimiento adicional de los tonos. El borrador pide que un panel conjunto de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas y la ONU investigue el ataque con gas químico.
El enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, poco antes había decidido resaltar que «los frágiles progresos alcanzados en Siria están en grave peligro», afirmando que sirven «progresos irreversibles», pero sobre todo es «urgente» encontrar un «consenso entre los mayores actores en Siria para sostener concretamente» un solución política.
Sin embargo su advertencia cayó en un saco roto, de acuerdo con la dura contraposición en curso, con Gran Bretaña y Estados Unidos que reiteran con firmeza su acusación contra Moscú: «Está del lado equivocado», por lo que recordaron que el curso todavía se podía revertir. El sentido del impasse lo da pero también el tono de la confrontación verbal: «Ninguno aún visitó el sitio del ataque y franceses e ingleses ya tuvieron pruebas ciertas: es increíble», dijo el representante permanente ruso ante la ONU, atacado luego por su par británico: «Mírame a la cara cuando hablo!». En medio de este tironeo, el secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, y el presidente ruso, Vladimir Putin, mantuvieron hoy un encuentro para tratar de limar asperezas y alcanzar una acuerdo. (ANSA).
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