El mercado de la energía basada en el calor del astro rey resplandece en el mundo, con Asia y América que aprovechan la baja en los precios de los paneles fotovoltaicos, sin embargo palidece en su gran impulsora, Europa, por la falta de cuadros normativos y apoyo político, según empresas del sector.
SolarPower Europe, la asociación del sector europea, informó de la instalación de 6,9 gigawatt (GW) de energía solar en el Viejo Continente durante el último año, un 20% menos respecto de los 8,6 GW de 2015.
La cifra contrasta con la tendencia mundial, que tuvo en 2016 de manera global para el resto del planeta instalaciones por 76,1 GW, el 49% más que el año anterior. Encabeza la lista China, que en 2016 agregó 34,2 GW (+125%); seguida por Estados Unidos con 14 GW, el doble respecto de los 7,3 GW de 2015; el tercer lugar para Japón (8,6 GW) y cuarta India (4,5%).
«Alguna vez líder en energía solar, la Unión Europea arriesga ser eclipsada por potencias asiáticas como China», observó SolarPower Europe.
«Luego de haber inspirado a muchas regiones en el mundo, Europa tiene necesidad de reencontrar su inspiración para guiar la transición energética. Aumentar para 2030 con energías renovables al menos un 35% del total consumido sería una buena señal de que Europa volvió al ruedo», agregó la asociación.
El momento es favorable, pues desde 2009, según certificó la Agencia Internacional de energías renovables (Irena), el precio de los paneles fotovoltaicos descendió el 80%.
Pero para explotar la caída de los costos que está volviendo a la solar la energía más económica, hace falta perseguir la descarbonización del sector eléctrico, «hace falta el justo cuadro normativo», aseguró SolarPower.
Para esto el Clean Energy Package presentado recientemente por la Comisión Europea «prevé medidas muy concretas y realizables, aunque todavía queda margen para mejorarlas». La contracción de los precios, impulsada por la innovación tecnológica, permite el desarrollo no sólo del sector solar sino de todas las energías verdes, ofreciendo «una multiplicidad de beneficios socioeconómicos», destacó Irena.
Las inversiones globales en estos sectores crecieron a ritmo sostenido por más de una década, desde menos de 50 mil millones de dólares en 2004 a más de 300 mil millones de dólares en 2015.
La caída solar europea registrada el año pasado, 18% menos según la consultora Bloomberg New Energy Finance, reflejó la caída de los precios, en primer lugar de los fotovoltaicos, pero no un cambio de rumbo respecto de las energías renovables, totalmente necesarias para contrarrestar los efectos devastadores del cambio climático mundial.
Así, pese a la temporal desaceleración europea, en el resto de la Tierra nacen cada año nuevas plantas que aprovechan la inagotable y limpia energía nacida del Sol y del viento. (ANSA).