viernes, abril 19, 2024

Internacionales

Santos, el hombre de la Paz

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«Hay una guerra menos en el mundo, y es la de Colombia!», aseguró hoy el presidente Juan Manuel Santos, en el discurso de aceptación del Premio Nobel de Paz, en Oslo, cargado de menciones a la literatura, a la música y de abierto agradecimiento.

En una ceremonia sencilla y llena de pequeños símbolos en el ayuntamiento de la capital noruega, Santos recibió el diploma y medalla que lo acreditan como el Nobel de Paz de este año, cuyo premio en dinero, cerca de un millón de dólares, anunció que donará a las víctimas del conflicto en su país.

Precisamente las víctimas estuvieron en el centro de su discurso. Siete de ellas lo acompañaron hasta Noruega y a ellas como a los cerca de 8 millones de compatriotas que padecieron cinco décadas de guerra interna dedicó el premio y sus palabras.

Santos dijo que recibía el Nobel «en nombre de las víctimas; de más de 8 millones de víctimas y desplazados cuyas vidas han sido devastadas por el conflicto armado, y más de 220 mil mujeres, hombres y niños que, para nuestra vergüenza, han sido asesinados en esta guerra».

El momento más conmovedor de su discurso fue cuando le pidió a esas siete personas que se pusieran de pie para recibir un fuerte aplauso. En entre ellas estaba Ingrid Betancourt, la dirigente política que el propio Santos liberó en una operación militar en 2008 de la garras las FARC, cuando era ministro de Defensa.

Pero todas las miradas estuvieron sobre Leyner Palacios, un afrocolombiano que perdió 32 parientes en uno de los actos de guerra más crueles que vivió la guerra colombiana, cuando las FARC lanzaron un artefacto explosivo sobre una iglesia donde se refugiaban gran parte de una población pobre y aislada del departamento selvático del Chocó, en medio de una confrontación.

«Las FARC han pedido perdón por este hecho atroz, y Leyner, que ahora es un líder comunitario, los ha perdonado», dijo Santos, tras lamentar que la «gran paradoja» en su país es que mientras las víctimas están «dispuestas a perdonar» aquellos que «que no han sufrido en carne propia el conflicto se resisten a la paz».

Santos no solo centró su discurso, probablemente el mejor que pronunció en toda su carrera política, en su país, también se aventuró a hablar de los conflictos que azotan al mundo e incluso hizo un llamado a la tolerancia racial y a no temerle al otro, al foráneo.

«En un mundo en que se cierran las fronteras a los inmigrantes, se ataca a las minorías y se excluye a los diferentes, tenemos que ser capaces de convivir con la diversidad y apreciar la forma en que enriquece nuestras sociedades. A fin de cuentas, somos todos seres humanos», precisó el mandatario, que acudió a citas literarias de su compatriota Gabriel García Márquez y hasta del Nobel de Literatura de este año, Bob Dylan.

«¡Cuántas muertes más serán necesarias hasta que comprendamos que han muerto demasiados! La respuesta, mi amigo, va volando con el viento», recordó Santos de la canción ‘blowin’ in the wind’ de Dylan.

Su conmovedor discurso fue seguido en primera fila por su esposa María Clemencia y sus tres hijos, quienes no pudieron ocultar la emoción cuando les agradeció por el «sacrificio» en medio de su lucha por alcanzar la paz.

Santos recordó que el Nobel le llegó en un momento de crisis política, cuando el acuerdo de paz con las FARC perdió su apoyó en el plebiscito del pasado 2 de octubre y todo presagiaba el regreso del grupo guerrillero a las trincheras y el inicio de un nuevo ciclo de guerra.

«En un momento en que nuestro barco parecía ir a la deriva, el Premio Nobel fue el viento de popa que nos impulsó para llegar a nuestro destino: ¡el puerto de la paz! Gracias, muchas gracias, por este voto de confianza y de fe en el futuro de mi país», sostuvo el mandatario.

Tampoco escatimó agradecimiento a sus negociadores, a Cuba, Chile, Venezuela y Noruega que ayudaron en el proceso de paz, e incluso a las propias FARC que acogieron su propuesta de pacificación.

«Vencer por las armas, aniquilar al enemigo, llevar la guerra hasta sus últimas consecuencias, es renunciar a ver en el contrario a otro ser humano, a alguien con quien se puede hablar», dijo el ganador del Nobel.

Finalmente, recordó las últimas frases de la novela ‘Cien años de soledad’ de García Márquez al señalar que su país «está disfrutando de esa segunda oportunidad» sobre la tierra, como la estirpe de los Buendía «Les doy las gracias, miembros del Comité Noruego del Nobel, porque en esta ocasión no solo premiaron un esfuerzo por la paz.

¡Ustedes ayudaron a hacerla posible! El sol de la paz brilla -por fin- en el cielo de Colombia», concluyó el mandatario. (ANSA).