Un simple clic de ratón ha puesto en jaque a Los Ángeles, la segunda ciudad más grande de Estados Unidos. Más de setecientos mil alumnos se han quedado sin ir a clase este martes por un correo electrónico con falsas amenazas que las autoridades educativas se tomaron tan en serio que decidieron cerrar casi un millar de escuelas.
Aunque no fue él quien tomó la decisión, el alcalde de Los Ángeles la ha defendido públicamente:
“Es muy fácil para la gente sacar conclusiones. La experiencia me dice que por lo general, lo que la gente piensa en las primeras horas no es necesariamente lo que pasa después. Confiamos en que no haya sido nada y que nuestros niños puedan volver a la escuela mañana”.
El misterioso correo, que fue enviado desde una dirección ip de Alemania, posiblemente falsa, amenazaba a varios campus de la ciudad con “artefactos explosivos, rifles de asalto y pistolas automáticas”. Un mensaje calcado al de Los Ángeles llegó a Nueva York, aunque con mucho menos éxito:
“El email que recibió la ciudad de Nueva York es casi exactamente el mismo que han recibido otras localidades, específicamente Los Ángeles”, decía el comisionado de la policía de Nueva York. “Pero no lo consideramos una amenaza terrorista creíble y lo investigamos como un bulo”.
Hace apenas dos semanas catorce personas fueron asesinadas en la cercana localidad de San Bernardino por una pareja de islamistas radicalizados, por lo que las autoridades educativas de Los Ángeles no quisieron correr riesgos.