Se van conociendo más detalles de los ataques ocurridos este viernes en París, la capital de Francia, que dejaron al menos 127 muertos y cerca de 180 heridos (80 de ellos de gravedad).
El presidente de Francia, François Hollande, calificó a estos ataques -cuya autoría se adjudicó la agrupación radical autodenominada Estado Islámico- como un acto de guerra planificado desde el extranjero, con ayuda de individuos en territorio francés.
La mayor parte de las víctimas -alrededor de 80- se registraron en Le Bataclan, una sala de conciertos situada en el distrito once de París, en la rivera derecha del Sena, en la que la banda estadounidense Eagles of Death Metal se encontraba presentando su cuarto álbum.
Según medios franceses, el histórico local parisino, con capacidad para unas 1.500 personas, estaba repleto de gente cuando poco después de las 21.30 hora local irrumpieron cuatro atacantes armados y empezaron a disparar.
La banda estaba tocando desde hace una hora. El sonido era potente, pero no tanto como para enmascarar el sonido de los disparos.
Pánico en la sala
«Todavía estoy en el Bataclan. Primera planta. Heridas graves. Que lancen pronto el asalto. Hay sobrevivientes en el interior. Matan a todo el mundo. Uno por uno. Primera planta, rápido».
Así pedía ayuda a través de Twitter una de las personas escondidas en la sala mientras se desarrollaba el ataque.
El horror en el interior de Bataclan es algo que se repitió en todos los testimonios de las personas que lograron escapar del local.
Uno de los asistentes al concierto relató a la cadena estadounidense CNN que los atacantes, que iban vestidos de negro y con la cara al descubierto, estuvieron disparando durante diez minutos.
Según este testimonio, algunos de los espectadores lograron escapar de la sala aprovechando que los atacantes recargaban sus armas.
Otros se escondieron en el piso superior de la sala pidiendo ayuda a través de sus teléfonos celulares.
Un video grabado por un periodista del diario francés Le Monde desde su apartamento muestra claramente cómo algunos espectadores logran escapar. Las crudas imágenes muestran también cuerpos heridos y cadáveres en la calle.
Se ve también a una mujer colgada de la ventana, en un intento por huir de los atacantes.
Confusión de sonidos
En un principio, el público confundió el sonido de los disparos con elementos pirotécnicos que formaban parte del espectáculo de la banda californiana, formada por Jesse Hughes y Josh Homme.
Pero según contó el periodista Julien Pierce de la emisora Europe 1, quien estaba presente en la sala, pronto se hizo evidente que aquello no era parte del show.
«Me di la vuelta y vi a uno de los atacantes, muy joven de apenas 20 años, con una pequeña barba», relató Pearce.
«Al principio creímos que era parte del espectáculo, algo de pirotecnia, pero cuando me di la vuelta y lo vi con su rifle de asalto me di cuenta de que no era una broma».
El periodista dijo que los atacantes «no dijeron ni una palabra», pero otros testigos dijeron haberlos oido gritar: «esto es por Siria».
Pierce logró retirarse por un lateral del escenario y escapar. Otros no tuvieron tanta suerte
«Caían como piezas de dominó», le dijo a la agencia Reuters un chico de 22 años que se identificó como Toon.
«Uno de los atacantes tenía un gran sombrero. Estaban vestidos de negro», contó Toon, quien consiguió huir corriendo.
Asalto policial
El diario francés Le Monde asegura que los autores del ataque se atrincheraron durante cerca de tres horas en el local manteniendo como rehenes a decenas de personas, mientras las fuerzas de seguridad planeaban su entrada en la sala.
Antes del asalto, se escucharon varias explosiones y ráfagas de disparos.
Según Le Monde, tres de los atacantes hicieron explotar los cinturones explosivos que llevaban puestos y el cuarto murió por los disparos de la policía.
Minutos después de que acabara la operación policial, el presidente François Hollande acudió a la sala junto al primer ministro, Manuel Valls, y los ministros de Interior, Bernard Cazeneuve, y Justicia, Christiane Taubir.
Testigos presenciales calificaron de «carnicería» lo ocurrido en el interior de la emblemática sala Bataclan, que abrió sus puertas en 1864 y que a partir de ahora será recordada por los trágicos eventos de este viernes 13 de noviembre.