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Una vez más un tema que debería haberse resuelto con el tiempo suficiente y sin trabas burocráticas, produce una discusión entre quienes quieren que las cosas se hagan de cualquier manera, pero que se hagan; y quienes desean que la planificación sea parte importante del crecimiento de la ciudad.

La instalación de una cancha de hockey de césped sintético, donada por la Asociación Argentina de ese deporte don fecha de vencimiento el 31 de octubre desató una serie de discusiones que volvieron a encrespar los ánimos entre sectores que buscan lo mismo pero por diferentes caminos.

Unos quieren la realización de emprendimientos, ya. El otro, quiere tomarse un poco más de tiempo para que la planificación y el análisis del costo ambiental no nos pase factura en el futuro.

La decisión equivocada del Ejecutivo Municipal de talar árboles con una máquina contratada a un privado, sin pasar primero por el Concejo Deliberante, y sin informar a la comunidad, provocó una fuerte reacción de los vecinos preocupados por el medio ambiente y el enojo de los padres que veían que se puede perder la posibilidad de que sus hijos tengan un lugar adecuado para desarrollar su deporte ´preferido.

El lugar elegido por el Municipio no fue solicitado por la Asociación de Hockey de Necochea, sino que les fue asignado por las autoridades.

Por supuesto, los dirigentes deportivos, a la sazón, padres de las chicas y chicos que juegan al hockey, no tienen por qué saber las obligaciones administrativas que se deben cumplir para construir una cancha en ese lugar del Parque Miguel Lillo.

No es cierto que la Municipalidad de Necochea no posea otros terrenos fiscales con las dimensiones que se exige para la colocación de la cancha.

Por ejemplo, hay varios en cercanías a la Ruta 86 y calles adyacentes que facilitaría el arribo de las delegaciones que vinieran a competir a este escenario, que es uno de los objetivos de los dirigentes locales.

En la reunión realizada en el Concejo Deliberante en la jornada de ayer, con los vecinos auto convocados y los integrantes de otras ONG’s vinculadas al cuidado del Parque y los padres y dirigentes del hockey local quedó en claro las posturas de cada sector y la impericia del ejecutivo de intentar saltear al Concejo Deliberante y accionar por cuenta propia sabiendo que eso no es posible.

Lo que extraña es que esta donación de la cancha se había anunciado y concretado en el mes de abril y recién ahora se buscó, a las apuradas, un lugar donde ubicarla.

Por otra parte, la negativa de los defensores del Parque tienen sus motivos concretos y lógicos ya que para la instalación de la carpeta sintética se debe construir primero una batea de cemento lo que provoca un necesario raleo de los árboles que allí se encuentren y el alisado del piso.

Todos estos movimientos, producen modificaciones en el delicado eco sistema del Lote Mar 3, el más antiguo del Parque, que es donde se quiere colocar la cancha.

Una discusión que no se debería haber producido si los funcionarios del ejecutivo municipal hubieran realizado su trabajo como corresponde.

Veremos ahora que deciden los concejales en la sesión ordinaria.