La Unión Europea, Rusia y Ucrania cerraron a última hora de este jueves la guerra del gas abierta el pasado mes de junio. Tras varias rondas de complejas negociaciones —con dos últimas jornadas de intenso diálogo en Bruselas—, las tres partes firmaron un acuerdo que permitirá reanudar el suministro a Kiev, interrumpido desde hace cuatro meses, y mantenerlo al menos hasta marzo.
El pacto, por el que Ucrania promete abonar 3.100 millones de dólares (2.460 millones de euros) por deudas acumuladas entre los meses de noviembre del año pasado y junio de este, evita una situación como la de 2009 cuando, ante la escasez de energía por discrepancias entre Rusia y Ucrania, Kiev sustrajo parte del gas que transitaba por sus gasoductos de camino a la UE y provocó una reducción del suministro en algunos Estados europeos.
El acuerdo, al que Bruselas ha querido dar el máximo rango con la presencia del presidente saliente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, llega en un momento de máxima tensión entre Rusia y Occidente, después de que 15 aviones militares rusos penetrasen en cielo europeo entre el martes y el miércoles y provocasen una reacción de la OTAN, que anunció el “refuerzo” de la vigilancia aérea.
El contrato sellado contempla el pago de 378 dólares por cada 1.000 metros cúbicos de gas consumidos hasta diciembre y 365 entre enero y marzo, frente a los 485 que Ucrania abonaba hasta la fecha. Sumando esos pagos venideros a la deuda que se acuerda pagar, los pactos de alcanzan un volumen de 4.600 millones de dólares (3.650 millones de euros).
La letra pequeña otorga a las autoridades ucranias tres días para abonar 1.450 millones de dólares (1.150 millones de euros) y hasta el 31 de diciembre para pagar los 1.650 millones restantes. Las tres partes anunciaron que el Fondo Monetario Internacional (FMI) —que había presionado para cerrar el acuerdo— participará en su financiación. El suministro se reanudará en cuanto Ucrania comience a abonar los retrasos.
El acuerdo cobra especial importancia a tenor de los precedentes. Hace cinco años, el corte del suministro ruso dejó a 17 Estados miembros —entre ellos las tres mayores economías del euro: Alemania, Francia e Italia— con una disminución importante en el suministro. Ya se había producido una situación similar en 2006.
Por ese motivo, las tres partes parecían condenadas a pactar. La UE no podía permitirse poner en riesgo el suministro a sus Estados a las puertas del invierno; Ucrania debía garantizar a sus ciudadanos gas suficiente para resistir las bajas temperaturas (este jueves Kiev rebasó los cero grados) y Rusia tenía que asegurar una parte significativa de los ingresos de su principal industria.
“Es un paso importante para nuestra estrategia. No hay razón para que los europeos pasen frío este invierno”, señaló Barroso. El titular europeo de Energía, Günther Oettinger, habló de una “primera señal de una vecindad inteligente”. El ministro ruso del ramo, Alexander Novak, recordó que el pacto “no fue sencillo”. “Este acuerdo garantiza el compromiso fiable a la UE”, cerró su homólogo ucranio, Yuri Prodan.
10 meses de crisis
Estas son las fechas clave de la denominada “guerra del gas”, el contencioso entre Rusia y Ucrania a causa del suministro de combustible y la deuda contraída con Gazprom por el Gobierno de Kiev.
– 17 de diciembre de 2013. Moscú concede a Kiev un préstamo de 11.000 millones y abarata el precio del gas después de que el presidente ucranio, Víctor Yanukóvich, declinara firmar un acuerdo de asociación con la UE, lo que dio inicio a las manifestaciones populares que culminaron en su derrocamiento.
– 1 abril de 2014. Gazprom aumenta un 40% el precio del gas a Ucrania. Tras la caída del presidente Yanukóvich, en febrero, a consecuencia de las protestas del Euromaidán, el monopolio gasístico cancela la rebaja concedida en diciembre a Kiev, lo que constituye una subida de alrededor del 40%.
– 10 de abril de 2014. El presidente ruso, Vladímir Putin, solicita a la Unión Europea una reunión urgente para solucionar el problema del impago de gas que envía a Ucrania, que acumula una deuda de 2.200 millones de dólares. Esta situación, dice Putin en una carta dirigida a los líderes europeos, puede llevar a que Gazprom deje de bombear combustible al país vecino, lo cual puede poner en peligro el suministro de gas a los países europeos clientes de Rusia, pues buena parte de él pasa por Ucrania.
– 11 de abril de 2014. El comisario europeo de Energía, Günther Oettinger, anuncia que la UE ayudará a Ucrania a pagar las facturas de gas que adeuda a Rusia. “Mantenemos un contacto estrecho con Ucrania y su compañía de gas para asegurarnos de que puede pagar y de que las deudas con Gazprom no crecen más”, aseguró Oettinger.
– 2 de mayo de 2014. Rusia amenaza con cortar el grifo del gas a Ucrania en junio si el país no ha cumplido sus compromisos de pago a finales de mes. El ministro ruso de Energía, Alexander Novak, lanza un ultimátum a Kiev que impacta, además, en el tejado de la Unión Europea. Novak asegura que la energía que Ucrania sea capaz de almacenar hasta el verano puede no ser suficiente para garantizar el suministro a la UE. Moscú confirma así su intención de convertir la energía en un instrumento de confrontación con Kiev.
– 21 de mayo de 2014. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, exige por carta a Putin que mantenga abierto el grifo de la energía mientras Kiev, Moscú y Bruselas negocian una salida.
– 2 de junio de 2014. Rusia acepta una solución temporal a la guerra del gas. Rusia y Ucrania acuerdan un marco conjunto que permita saldar las deudas millonarias de Kiev y fijar un precio para las entregas futuras. Los responsables de Gazprom y Naftogaz, la compañía ucrania, aceptan la idea. La clave durante esa negociación fue la confirmación por parte de Gazprom de que había recibido el pago de 578 millones de euros que Ucrania había efectuado el viernes anterior, cantidad que cubre algo más de un tercio de la deuda reconocida por todos, unos 1.600 millones, muy por debajo de lo que reclama Moscú, más de 2.500 millones.
– 8 de junio de 2014. Petró Poroshenko se estrena como presidente de Ucrania con la negociación del gas ruso.
– 16 de junio de 2014. Rusia corta el suministro de gas a Ucrania, según el Gobierno de Kiev. Tras el vencimiento del plazo para pagar la deuda, Gazprom exige ahora a Ucrania el pago por adelantado.
– 26 de septiembre de 2014. Los ministros de Energía de Rusia y Ucrania cierran en Berlín, con la mediación de la Comisión Europea, un principio de acuerdo para asegurar seis meses de normalidad. El pacto, que debe ser ratificado por los dos Gobiernos, es frágil y con flecos pendientes.
– 20 de octubre de 2014. Nueva ronda de negociaciones bilaterales en Bruselas, con la mediación del comisario Oettinger. Las partes se dan una semana más de plazo para limar diferencias. Al día siguiente, el Gobierno de Kiev pide a la UE otros 2.000 millones de euros para financiar la deuda contraída con Gazprom.