Se trata del peón Gumercindo Alvarado, dedicado a la cría de ovejas en Santa Cruz, en la Estancia Güer Aike, de 57 años y que tenía cáncer de pulmón.
Alvarado falleció el 30 de noviembre último en una habitación del Hotel Facón Grande, que el gremio conducido por Gerónimo “Momo” Venegas tiene en la ciudad de Buenos Aires.
El peón había ido a tratarse de su enfermedad, pero como el hospital de Osprera, la obra social de la UATRE, no tiene internación, lo tenían durmiendo en el hotel, en lugar de una clínica especializada que le diera los cuidados que requería su delicado estado de salud.
UATRE hizo el traslado del cuerpo, que recorrió 3.000 kilómetros de Buenos Aires a Río Gallegos, en una Trafic, dentro de una bolsa, sin certificado de defunción ni los papeles legales necesarios para cualquier traslado.
Según publicó hoy el diario Página/12, la Comisaría Primera, que actuó esa noche, elaboró el expediente 8.011 y junto al médico de la empresa Vital informaron a la Fiscalía de Instrucción 38 que no había nada raro en el deceso.
Sin embargo, el cuerpo de Alvarado llegó a Santa Cruz tres días después, solamente con una fotocopia de su DNI, y en estado de avanzada descomposición.
Los dueños de la cochería local no quisieron recibir el cuerpo por no contar con certificado de defunción ni documento sanitario.
Los directivos de la estancia Güer Aike, donde trabajaba el peón, gestionaron el resguardo del cuerpo en la morgue judicial provincial, hasta que llegó la autorización desde Buenos Aires y la cochería se hizo cargo.
Página/12 consultó con el responsable de judiciales si un fallecimiento producido en un hotel no ameritaba una derivación a una fiscalía, y el funcionario sostuvo que sí y que resultaba “raro” que no se haya procedido de tal manera.
Después, el diario averiguó, a través del Ministerio de Seguridad, que la versión policial era otra.
El principal a cargo de judiciales informó que no habían realizado un sumario sobre este fallecimiento, pero que sí hubo una intervención de la fiscalía, a través de un médico de la empresa Vital, quien certificó que fue una muerte natural.
De ahí que se labró el expediente 8.011, no obstante lo cual el cuerpo salió de Buenos Aires sin ningún tipo de documentación.