Por Zulema Comune
El conformismo conduce a la mediocridad, y el corridillo de opiniones circulante cual “intriga palaciega” dentro y fuera del Palacio Municipal nos lleva inexorablemente a la inacción.
El desdichado Festival Infantil de Necochea, agoniza, es un gigante dormido que puja por despertar envuelto en la frescura, los sonidos y colores que otrora supo tener.
En los últimos años, se convirtió en una pesadilla para el funcionario de turno, y sistemáticamente, al correr la semana escuchamos decir por lo bajo: “Qué alivio que queda un día menos” mientras los artistas sentiríamos el deseo de detener el tiempo para que haya un día más…
Ante ello, de las declaraciones de funcionarios responsables directa e indirectamente se desprende un pensamiento “casi místico” plagado de prósperos deseos ante el arribo del
50 Festival.
Los hacedores de la cultura y el pueblo que lo vio nacer nos preguntamos si no sería conveniente que efectúen una reflexión honesta sobre lo realizado, despojándose de la terrible espada de Damocles que los hace mantenerse en sus cargos y que les impide correr la mirada hacia una realidad ineludible: la muerte de nuestro festival y el nacimiento de otro ya parido, en vaya uno a saber, que lugar de nuestro país.
Es revisando los errores y omisiones que podremos reconstruirlo y en esa reconstrucción recuperar como esencia del mismo nuestra identidad, seleccionando obras en las cuales el teatro adquiera su real valor de instrumento de construcción del colectivo social, transmitiendo a nuestros niños el mundo real al que pertenecen en oposición a los espectáculos vacíos de contenido.
Año tras año, se ha ido desdibujando el clima del Festival, ese que se respiraba en los barrios durante todo el año mientras se preparaban las carrozas y se esperaba con ansias el momento para lucir con orgullo a la comunidad el resultado de la labor cooperativa y comunitaria.
Hoy daría la impresión que en el desfile la gente de los barrios va perdiendo su lugar y si lo tienen es lejos y escondido como si alguien sintiera vergüenza de mostrar el “patio de atrás”.
Entonces nos preguntamos cuál es el rol que debemos desempeñar los artistas, por qué no nos convocan para hacer lo que sabemos hacer y se deja sólo en manos laboriosas y bien intencionadas, seguramente, de instituciones religiosas y jardines.
Celebramos la presencia del Instituto Nacional del Teatro, pero es sólo una carta no la garantía del triunfo, queda tanto camino por recorrer…
Y en ese camino, estaremos los artistas, los que amamos el Teatro, los que sostenemos con férrea convicción que el Festival es nuestro, tan nuestro que no renunciamos a soñar nuestro sueño.
Grupo de Teatro Cooperativo e Independiente «La Farza»
El festival debe tener una atencion por parte de los gobiernos, como fue alli por la decada del 70`, cuando los que eramos chicos podiamos concurrir al cine gratis durante todo el dia, habia fuegos artificiales, carrozas realizadas con esmero y la suficiente anticipacion para concluir en un desfile colorido y exelente, se traian figuras de renombre, y se realizaba la organizacion pensando en que se ponia por sobre todas las cosas a Necochea en la «vidriera» del pais.
Claro hoy dia la decadencia de este gobierno, la incapacidad y la soberbia, transformo al festival, en un desfile de «pobreza, falta de medios, y «hacer como que hacemos algo».
Sres. gobernantes para realizar los ultimos desfiles que se han realizados, que han sido «PAUPERRIMOS», pesimamente organizados, sin medios para las areas de cultura, y haciendo desfilar hasta los perros para llenar un espacio. Mejor no hacer nada, siempre es preferible, dejar la duda ante la gente al no hacer nada, a seguir haciendo estos festivales «de cuarta categoria» en donde confirman ante la gente, por lo visto, y sin lugar a dudas que Ustedes ¡¡¡¡¡¡¡SON UNOS INUTILES!!!!!!!!!!