Por Miguel Abálsamo
El alcalde había preparado la fiestita. Cursado las invitaciones y aguardando a los amigos. Pero….por un problema u otro casi nadie se hizo presente. La CON tenía un compromiso, el era no se dio por enterado, la mitad del Rapaca si no iban los otros no asistía. Igualmente la fiesta se hizo. Sobró comida y escaseó el brillo.
¿Tan difícil le resulta a muchos gobernantes leer la realidad? Pues parece ser que sí.
El matrimonio K se arma su propia telenovela, cuando no es Clarín, son los opositores, sino el peronismo disidente, o tal vez la crisis internacional, sino la oligarquía gaucha, sin olvidar la década del 90.Infaltable anatema para justificar fracasos.
El alcalde Molina también tiene un símil.
La telenovela casera es denostar a algunos periodistas, a propios correligionarios que quieren internas, a la crisis nacional, a los médicos, a los salvajes opositores, a la coparticipación demorada, sin olvidar a Geronimo Venegas. Infaltable anatema para justificar fracasos.
Los matrimonios K y M son parecidos.
Preparó la fiestita de unidad, compró globos, boinas al tono comiteril, grabó la marcha partidaria, utilizó el comité donde va de vez en cuando la vida, y llamó a la prensa para mostrar a la sociedad lo bien que está » la familia radical unida…». Sin embargo, aunque no hubiera tormenta, lluvia, ni jugara la selección, hubo faltantes a la cita.
Cursó invitaciones, planchó su camisa, se peinó delicadamente, no tomo nada frío para no afectar la garganta preparada para el discurso unitario. Pero…siempre falla algo, no vinieron los invitados.
En realidad nunca pensaron ir. Menos a un lugar que es la casa de todos pero la tomó el afiliado Molina por unos días, nada más, con el sólo objetivo de quebrar la unidad que dice militar, después del coherente trabajo y diálogo que había gestado el Comité con las diversas líneas.
La CON de Azcoiti y Ebi no asistió, el ERA del doctor Alberto Esnaola no dio señales de vida interna y el RAPACA solamente con funcionarios que no podían saltear la fiesta, por ser funcionarios, aunque el líder de la corriente, el doctor Juan Pablo Villarreal, no quería perderse la oportunidad de no estar.
Ebi no podía asistir. Hace unas horas casi lo mandan quinto suplente al Consejo Escolar, y ahora querían pasar a buscarlo en remisse, Esnaola es innombrable en el «molinismo» como Perón después del 55, y a Villarreal lo convocaron ahora luego de que un mes atrás el alcalde le pidió la renuncia al Concejo Deliberante.
Quien llegó primero y fue el último en irse es Gerardo Guridi, no vaya a ser cosa de perderse el comienzo y el fin, máxime cuando la acechanza de Alfredo Maldonado hace que en cada curva se juegue el primer puesto.
Las damas de Molina esperan el tercer lugar de la bendición Papal, y las especulaciones sobre un solcito en el Ejecutivo también cuentan en estas horas. Son dos años por delante y como decía el ingeniero » hay que pasar el invierno»… en la crisis local también verano, otoño y primavera. Más aún en una administración como la de Molina donde se implementa la justicia social en el equipo de gobierno y cada tanto se le escapa un aumentito del ciento por ciento. Como para pelearle a la inflación mentirosa de sus ex amigos del gobierno nacional.
A los radicales K ni invitación, ni justicia… y los socialistas estaban en dudas, porque saliendo unos kilómetros son Kirchneristas pero entrando a la avenida circunvalación son fervientes «molinistas». Algo que llama travestismo político.
A Molina le sobró asado, mucha carne para poca gente… Si hay un buen freezer en el comité tal vez sirvan para próxima ocasión, o la recalentarán los que vendrán en días.
En definitiva no concurrieron ni los unos ni los otros.
Pero… el alcalde andaba con ganas que lo aplaudieran y se mandó esos discursos más densos que Gerardo cortando la manzana en la Noche del Domingo.
Quedándose en el pasado lo recordó a Venegas, le hizo un pase a Guarracino y algunas críticas internas. Como se dice, una noche llena de propuestas.
Si algo demuestra Molina es un enorme liderazgo pasional y una constante renovación.
El último cerró la puerta y quedó el interrogante sobre un mal que aqueja a muchos de nuestros políticos, el microclima no les deja ver la realidad, el éxito es mío…mío»… y las derrotas huérfanas. Aquello de las «culpas son de los demás», vuelve a tener plena vigencia.
La fiestita terminó antes de lo previsto.
Mientras tanto los que no vinieron siguen cruzándose mensajes de texto, una forma cómoda de comunicación, extensos diálogos telefónicos e Internet. Molina de fiesta y el ruido del silencio se escucha.
Al igual que el matrimonio K, el alcalde niega la realidad.
En mayo lo espera una interna.
En octubre, ¿tendrá su propia Catamarca?
«…en el gallinero
de la política,
la gallina más alabada,
no es la que pone el
mejor huevo sino la que
mejor sabe cacarearlo..»
(Plutarco, Elías Calles.
Político y militar mexicano.
1887-1945)