Por Miguel Abálsamo
Ya nada puede sorprender en esta opaca administración «molinista». La ciudad cubierta por la suciedad, los desechos de los balnearios enterrados en la arena, el estacionamiento medido con empleados en negro ante el descontrol municipal. ¿Podemos seguir así…?
La administración municipal es de tanta mediocridad, que los errores de ayer son suplantados por los de hoy, no alcanzamos a analizar uno que aparece otro y así sucesivamente. Creo que la ciudadanía ha comenzado a hartarse, y cuando los pueblos se cansan, aunque sean mansos y tranquilos como el nuestro pueden hacer tronar su escarmiento.
También noto que una enorme parte del periodismo del distrito tiene una óptica parecida en cuanto a esta administración municipal. No es que nos pongamos de acuerdo, es que la realidad no puede ser tapada.
¿Hasta cuándo se puede seguir así en nuestro distrito..?
Ya no se tratan de diferencias de matices, o posiciones ideológicas. Se trata de horrores, desaciertos permanentes, casi una cotidianeidad de mediocridad en esta gestión del alcalde Molina.
De mentiras ni hablar.
Estuvimos escuchando desde la voz del intendente que no era 24 millones el déficit, hasta que tuvo que admitirlo y rendirse ante lo evidente. Lo escuchamos decir que habría un plan de austeridad en el año 2006, eliminación de horas extras, restricción al ingreso de personal, mientras hacía los anuncios seguían entrando puestos por la puerta de atrás y el gasto aumentaba día a día.
A toda voz proclamó días antes del acto eleccionario de octubre del 2007 que de ninguna manera se subirían los impuestos, y luego de ganar produjo un » impuestazo».
Lo bueno que tiene la mentira es que nunca vive lo suficiente para hacerse vieja, casi siempre queda al descubierta antes.
Ningún ser humano en cualquier actividad que realice puede llevar eternamente un disfraz, esto también es positivo.
Mientras tanto el estado sigue ausente.
Recientemente el Círculo de Jubilados y Pensionados de la ciudad que tiene a su cargo el estacionamiento medido, ha declarado que tiene trabajadores en negro.
El estado local juega al distraído, cuando de acuerdo a la legislación laboral es plenamente responsable por la carencia de aportes previsionales de los empleados. El estado «molinista» permite empleados en negro, sin aportes previsionales, sin ART (Aseguradora de Riesgos de Trabajo), precisamente en el estacionamiento medido, que lo tiene que tener como contralor. Como también estamos esperando por los balances, porque no es posible que con toda la recaudación del estacionamiento medido en tan largo tiempo lo único que pudieron hacer fueran detalles en la avenida.
Nuestra capacidad de asombro ya no tiene lugar. En el famoso y promocionado Frente Costero, el mismo que Molina dijo iba a convertirse en el paraíso del edén esta temporada y luego se desdijo afirmando que quedará para los próximos años, han derribado estructuras del Balneario Serrano, enterrando todo el material bajo la arena. Realmente de ficción, lastima que es realidad y pasa en nuestra ciudad.
A propósito de la villa balnearia, fuentes dignas de crédito me aseguraron este fin de semana que se estarían reuniendo muchos vecinos con el objeto de movilizarse al palacio comunal reclamándole al intendente que no siga destruyendo la playa en pleno corazón de la villa balnearia. Esperemos que el secretario de gobierno no le aplique multas cuando lleguen a las puertas del anárquico estado municipal. Lo que pasa en la playa ocurre exactamente en toda la ciudad.
Si uno pasea por cualquier lugar observará la postal de la «ciudad más sucia de la provincia».
Lugar por donde uno pasa, barrial, céntrico, villa balnearia, no hay diferenciaciones, todo esta igual. Lamentable.
¿Los funcionarios no ven esta realidad..?
¿O solamente ven cuando llegan los aumentos de sus sueldos, o se satisfacen por la dedicación exclusiva…?
¿Los funcionarios andan con vendas en sus ojos que no observan a su alrededor?
Ni hablar de la plaza local. Confieso que nunca la vi de esta forma, pastos crecidos, juegos de niños inutilizables, oscuridad…todo lo que usted pueda imaginarse y un poco más.
Sería bueno recordarle al intendente las promesas realizadas a los componentes de los Derechos Humanos locales en cuanto a las obras en el lugar denominado «Paseo de la Memoria» frente al Colegio Nacional. Parece que al alcalde se le paso por la memoria las obras prometidas en el Paseo de la Memoria.
¿Tan mareado puede estar la administración Molina para no atinar a alguna reacción? Siempre es bueno equivocarse por hacer, lo peor es equivocarse sin hacer.
De cualquier forma no debemos bajar los brazos, la resignación es un suicidio diario, y no creo que nuestro pueblo tenga vocación de suicida.