El presidente de Petrobras, Sergio Gabrielli, anunció ayer el hallazgo de un yacimiento de petróleo bajo las áreas marinas que explora en el océano Atlántico en el área de Tupi, en la bahía de Santos, Estado de São Paulo, de 8.000 millones de barriles, lo que puede convertir al país suramericano en un exportador de petróleo, a la altura de Venezuela o Nigeria. Nada más conocerse la noticia, las acciones de la empresa brasileña subieron más de un 15% en la Bolsa de valores de São Paulo.
Inmediatamente después, la ministra jefa de la Casa Civil, Dilma Rouseff, convocó una conferencia de prensa junto al ministro de Minas y Energía, Nelson Hubner, para explicar la importancia económica y política del nuevo hallazgo. “Supone que Brasil pasa de intentar ser autosuficiente en petróleo a convertirse en un exportador, como los países árabes o Venezuela”, señaló Rouseff. Y añadió que “podrá cambiar la cara de este país”.
Petrobras posee en esa zona el 65% del capital, compartido con la británica BG Group, que posee un 25%, y con la portuguesa Galp Energia, con un 10%.
El hallazgo anunciado ayer podría ser sólo uno de varios ricos campos en una extensión de 800 kilómetros de longitud por 200 de ancho en el litoral de los Estados de Río de Janeiro, Espíritu Santo, São Paulo y hasta Santa Caterina, en el sureste del país.
Los indicios de nuevos yacimientos apuntan a la necesidad del país de parar y pensar nuevamente respecto a su industria petroler. “Ha cambiado la realidad”, dijo Rousseff al afirmar que el tamaño de la riqueza petrolera de Brasil es ahora “mucho mayor”.
Las reservas probadas totales de petróleo y gas de Brasil, a cargo de Petrobras, cerraron 2006 en 10.573 millones de barriles equivalentes.
De ese total, 9.000 millones de barriles eran solamente de crudo, según criterios de evaluación aceptados por los organismos fiscalizadores del mercado de capitales de Brasil y Estados Unidos.
Petrobras está controlada por el Estado brasileño, pero sus acciones cotizan en las Bolsas de Brasil, Nueva York, Madrid y Buenos Aires. (EL PAÍS)
