Por Diego Rottman
Un lugar común de las teorías de comunicación dice que ningún medio mata a otro, que todos pueden convivir en armonía: la radio subsiste pese a la TV, el cine sigue vivo aunque la gente mire películas en sus hogares, todavía hay lectores que pagan para encontrar en los diarios la misma información que podrían hallar gratis en la Web, etc.
Pero los responsables de Dead Media Project no opinan lo mismo. Este trabajo colectivo recopila 600 medios que ya no existen, como el fenaquistiscopio o el quipu. Pero sin ser tan sofisticados, en la sección «En peligro de extinción» hallamos al VHS, el disquete y hasta el CD.
Algunos medios que hoy usamos resisten el paso del tiempo. Otros, como la tv en blanco y negro, mutan. Y un tercer grupo, fenece. ¿Cuál será la suerte de cada uno? La tv abierta tiene garantizada una sobrevida porque todavía es tema de conversación en sobremesas y oficinas. Pero la televisión por cable parece estar entre los que tienen los días contados.
Sus virtudes ya no impresionan. La fabulosa cantidad de canales (se vendía como «500 canales en su televisor», aunque nunca llegó a los 100) palidece frente a las cantidades que maneja la Web, que también acalla la segmentación, otro caballito de batalla del cable, ¿acaso hay algo más segmentado que la nanoaudiencia que mira un video en YouTube? Los canales internacionales también ya pueden verse desde Internet. Las series se distribuyen en foros y sistemas de descarga con subtítulos en español a las pocas horas de ser emitidas en EE.UU. Lo mismo para los estrenos de cine. Y cualquier evento deportivo se puede ver en directo conociendo el sitio Web adecuado. Es cuestión de tiempo que estas modalidades ilegales sean absorbidas por el sistema, como pasó con Napster. Todavía el cable le gana a Internet en cuanto a facilidad de uso y calidad de imagen (sobre todo con la tv digital), pero esto va a cambiar en los próximos años.
Pero sus defectos también son derrotados por Internet. El acceso al cable es pago como el acceso a Internet pero, vaya a saber por qué motivo, cuando alguien se baja algo de Internet considera que lo hizo gratis. No pasa lo mismo con el que tiene que pagar para ver programación Premium en el cable. Al principio el cable estaba libre de avisos, pero ya no. Los programas de Internet por ahora carecen de tanda. Y, lo que es más importante: el cable nos ata a su grilla horaria, la tv por Internet podemos verla cuando queramos.
Pero lo que nos decide a comprar una corona es ver a sus verdugos. Son las mismas cadenas de televisión las que se están mudando a Internet. Fox y NBC lanzaron Hulu, un portal en el que se podrá ver en forma gratuita toda la programación de series y filme de esas señales. YouTube ya actúa como una cadena de tv. Las nuevas generaciones ya eligieron: prefieren Internet a la televisión. ¿Qué pasará cuando los que nacieron con los medios digitales sean mayoría? (PERIODISMO.COM)