¡Alerta Microplásticos! Tu Chicle Podría Estar Liberando Miles de Partículas Contaminantes
¿Sabías que esa goma de mascar que tanto disfrutas podría estar contribuyendo a la contaminación por microplásticos? Una reciente investigación presentada por científicos de la Universidad de California en Los Ángeles durante una reunión de la Sociedad Química Estadounidense ha revelado un dato sorprendente y preocupante: al masticar chicle, se liberan cientos de microplásticos directamente a nuestra saliva.
La investigación indica que, en promedio, cada gramo de chicle libera alrededor de 100 microplásticos. Considerando que una pastilla común pesa entre 2 y 6 gramos, una sola pieza podría generar hasta 3.000 de estas diminutas partículas. Si una persona consume entre 160 y 180 chicles al año, ¡podría estar ingiriendo unos 30.000 microplásticos!
El Chicle: Un Contaminante Silencioso
La base de la mayoría de los chicles comerciales es un material sintético derivado del petróleo, el mismo utilizado en la fabricación de neumáticos. Este material, que rara vez se recicla, se convierte en un residuo persistente que ensucia nuestras ciudades y contamina el medio ambiente. Miles de toneladas de chicles desechados anualmente representan una significativa fuente de polución plástica que, hasta ahora, ha recibido poca atención.
Sorprendentes Hallazgos sobre Microplásticos
El estudio analizó tanto chicles de base sintética como aquellos con base de goma natural. Para sorpresa de los investigadores, ambos tipos liberaron cantidades similares de microplásticos al ser masticados, y los tipos de polímeros encontrados fueron los mismos.
El director del estudio, Sanjay Mohanty, enfatizó que el objetivo de la investigación no es alarmar, ya que aún se desconocen los efectos nocivos de estos microplásticos en la salud humana. Sin embargo, subrayó que «el plástico que se libera a la saliva es una pequeña fracción del plástico del chicle» y, por lo tanto, representa una fuente adicional de contaminación plástica. Su consejo es simple pero crucial: «Ten conciencia medioambiental y no lo tires ni lo pegues a una pared».
El Desafío del Desecho y la Búsqueda de Soluciones
A pesar de ser el segundo residuo más común en las calles después de las colillas de cigarrillos, las opciones para desechar los chicles de manera ecológica son prácticamente inexistentes. Tirarlos al suelo no solo es antiestético y una posible fuente de bacterias, sino que también genera un elevado costo para los servicios de limpieza.
Ante este panorama, surgen alternativas prometedoras. Algunas empresas están produciendo chicles biodegradables a base de productos vegetales, replicando las fórmulas tradicionales. Sin embargo, su alcance aún es limitado frente a las grandes marcas.
Otra iniciativa innovadora es la de la diseñadora británica Anna Bullus y su empresa Gumdrop, quienes recolectan chicles usados para reciclar su plástico. Este material reciclado, denominado Gum-tec, se utiliza para fabricar diversos productos, desde recipientes para chicles hasta vasos, lápices y suelas de zapatillas, promoviendo así una economía circular. Los contenedores de Gumdrop han demostrado reducir hasta en un 90% los chicles arrojados al suelo en las áreas donde se han implementado.
La investigación sobre la liberación de microplásticos por el chicle abre un nuevo debate sobre el impacto ambiental de este producto cotidiano. Mientras la ciencia continúa investigando los posibles efectos en la salud, la conciencia sobre la contaminación plástica y la búsqueda de alternativas sostenibles se vuelven cada vez más cruciales.
