En la primera etapa de este proyecto se coloca cartelería en la zona lindera al Complejo Casino, desde la calle 89 hasta la Avenida Pinolandia. La señalética anterior había sido confeccionada por el primer cuerpo municipal dedicado al cuidado de este espacio público, hace 30 años.
La Dirección de Guardaparques de la Municipalidad de Necochea se encuentra llevando a cabo un proyecto de señalización en las calles internas y caminos del Parque Miguel Lillo, reutilizando el material que la misma naturaleza provee, además de respetar pautas que se utilizan en los parques nacionales y provinciales.
Al respecto, el cuerpo que depende de la Secretaría de Gobierno detalló que en estos días se está llevando a cabo la colocación de los carteles correspondientes a la primera etapa de dicho programa, la cual comprende la zona lindera al Complejo Casino, desde la calle 89 hasta la Avenida Pinolandia.
Vale recordar que, desde la década de 1980, las calles y caminos este espacio público están nombradas de acuerdo a las especies animales, arbóreas o vegetales propias de su ecosistema, que figuran en los distintos planos del lugar.
Después del año 1993, con la creación del primer cuerpo municipal de Guardaparques, el personal que lo integraba realizó un trabajo similar al que se está haciendo en la actualidad, con la colocación de los letreros correspondientes.
Desde el área destacaron que, con el paso del tiempo, esa señalética se fue deteriorando y no contó con ningún recambio, por lo que se trata de replicar aquellas prácticas, reutilizando el material que el mismo parque provee, cuando por razones naturales se caen o quiebran árboles.
Este trabajo artesanal es realizado íntegramente por el personal de la Dirección, y en ese aspecto detallaron: “Luego de la caída de un árbol, el mismo se tronza y se traslada por partes al predio del destacamento, se deja estacionar un tiempo y se procede a su aserrado para hacer los tablones. En caso de estar verdes, se dejan secar (en algunos casos hasta 6 meses), se curan, se cepillan, se dibujan las letras, se hace el calado o tallado, se pintan y se colocan”.
“Es un trabajo que, si bien tiene la contra de ser lento ya que hay que saber esperar los tiempos del material, tiene la ventaja de tener un muy bajo costo, ya que los únicos gastos que ocasiona son la nafta y aceite que se utilizan para hacer los cortes y los impregnantes o sintéticos que se utilizan para pintar los carteles”, mencionó Julián Zugazúa, titular del área.
“Nos parece importante avanzar en la indicación de los nombres de las calles y caminos del Parque Miguel Lillo fundamentalmente por una cuestión de referencia para los vecinos y vecinas, visitantes y trabajadores de las distintas reparticiones públicas, ante la ocurrencia de alguna situación de emergencia, pero también creemos que es importante hacerlo con materiales que estén en armonía con el ambiente, aseveró el agente de la comuna.
Por último, también es bueno subrayar que, para la confección de esta cartelería, se está respetando el formato y los colores (fondo madera oscura y letras amarillas) que se utilizan en los parques nacionales y provinciales, ya que dichos son los que dan referencia a los visitantes de que se encuentran en un área natural protegida, con los cuidados que ello requiere.