El documento, encargado por el Ministerio de Salud de Canadá, señala que cualquier cantidad ingerida de bebidas alcohólicas conlleva riesgos.
Sus autores recomiendan al Gobierno un nuevo enfoque para animar a la población a beber menos
La cerveza esporádica para seguir el fútbol por televisión o el digestivo que pone punto final a las comidas del domingo no están exentos de riesgos.
Se trata de una de las principales conclusiones del informe presentado por el Centro canadiense sobre Dependencias y Consumo de Sustancias, documento elaborado a solicitud del Ministerio de Salud de Canadá.
“La ciencia evoluciona y las recomendaciones sobre el consumo de alcohol deben cambiar.
La investigación nos dice que no existe una cantidad o un tipo de alcohol buenos para la salud”, indica el documento.
El Centro canadiense sobre Dependencias y Consumo de Sustancias (CCSA por sus siglas en inglés) advierte así de que la única forma de no enfrentar riesgos para la salud relacionados con el alcohol es el consumo cero.
Las últimas recomendaciones del Ministerio, que datan de 2011 y que tomaron en cuenta los consejos emitidos ese año por el CCSA, limitan la ingesta a un máximo de 15 bebidas estándar a la semana para los hombres y 10 para las mujeres.
Sin embargo, el informe hecho público este martes sitúa como un riesgo leve una o dos por semana, mientras que el riesgo moderado y el más elevado quedan establecidos, respectivamente, en tres a seis semanales y en siete o más.
El CCSA define como bebida estándar una cerveza de 341 mililitros, una copa de vino de 142 mililitros o un vaso de licor de 42 mililitros con 40% de alcohol.
El informe subraya especialmente los riesgos relacionados con cáncer de mama y colon, además de problemas cardiovasculares; también menciona el número de muertos y heridos por accidentes.
Los expertos alertan de que “una buena parte de la población canadiense ya se sitúa en un nivel de riesgo”: el 17% consume entre tres y seis bebidas semanales, mientras que el 40% supera dicha cantidad.
Las autoridades australianas, por ejemplo, recomiendan un máximo de 10 a la semana. En Estados Unidos, la sugerencia es no superar dos al día para los hombres y una para las mujeres.
De esta forma, el informe propone a las autoridades canadienses orientaciones sobre cada nivel de riesgo en vez de cantidades máximas sugeridas.
Asimismo, pone a consideración otros elementos con el fin de reducir el consumo de alcohol.
Uno de ellos es un etiquetado obligatorio que indique de forma más pronunciada sus riesgos para la salud, además de incluir el número de bebidas estándar por envase.
La Sociedad Canadiense contra el Cáncer, que aplaude el informe, ha solicitado desde hace tiempo al Gobierno obligar a las empresas productoras a añadir dicha información en las etiquetas.
Una encuesta efectuada en febrero del año pasado arrojó que el 80% de los consultados son partidarios de la medida.
El organismo Educ’alcool respalda también la propuesta. Su directora general, Geneviève Desautels, manifestó que resulta fundamental “informar, sensibilizar y dar herramientas a la población”.
”Los puntos de referencia sobre el alcohol y la salud exigen un cambio cultural”, cita el informe, “para sensibilizar a las personas y ayudar a gestionar mejor los riesgos”.
El Ministerio de Salud de Canadá agradeció el trabajo de los expertos del CCSA, indicando que revisa el documento de forma detallada y señalando que el consumo de alcohol representa un problema significativo para las comunidades del país.
El País de España