La secretaría de Energía dio algunos detalles, pero todavía no está la normativa que aplique los recortes. Bernal presentó un esquema muy complejo para la quita de subsidios del gas y Malena puso como ejemplo lo poco que paga de agua el Kavanagh.
El gobierno volvió a lanzar la segmentación tarifaria, esta vez se supone definitiva, y anunció una quita de subsidios a la luz, el gas y el agua con el que busca ahorrar casi 550 mil millones de pesos hasta finales de 2023.
El anuncio fue encabezado por la flamante secretaria de Energía, Flavia Royón, junto al subsecretario de Hidrocarburos, Federico Bernal, el subsecretario de Energía Eléctrica, Santiago Yanotti, y la titular de Aysa, Malena Galmarini.
El anuncio por ahora no pasó del plano de la «comunicación» porque no vino acompañado de ningún decreto o resolución del Gobierno. En el equipo que conduce Sergio Massa destacaron que el ahorro previsto con la nueva segmentación será bastante superior a la que había previsto Martín Guzmán en el esquema inicial, que rondaba los 15 mil millones y era resistido por el kirchnerismo, que ahora avala un ajuste de 550 mil millones.
Además de la intención de bajar drásticamente los subsidios el nuevo esquema pasó en el caso eléctrico a la lógica de penalizar los mayores consumos, para incentivar el «consumo eficiente».
«El ahorro fiscal que estimamos en materia de energía eléctrica y gas para el 2022 es de 47.500 millones de pesos», explicó Royón.
El edificio Kavanagh, que tiene 131 unidades, paga como factura media 131 pesos por unidad y el edificio Chateau de Avenida Libertador, que tiene 157 unidades, tiene una factura promedio de 3936 pesos. Esto muestra que necesitamos segmentar de verdad para que quienes mas tienen acompañen a quien menos tienen.
Malena Galmarini
La secretaria de Energía explicó que para 2023 el ahorro que se espera en luz y gas es de 455.000 millones de pesos, lo que supone un ahorro de 502.500 millones. A eso hay que sumarle el recorte de subsidios a Aysa, que según Galmarini alcanzará los 2.000 millones este año y 45 mil millones en 2023.
Esto hace un total de 549.500 millones de pesos que se ahorraría el gobierno de aquí al final del 2023, aunque en el Ministerio de Economía afirmaban en la previa que el ahorro sería de 510 mil millones de pesos.
En la conferencia, Malena Galmarini mostró como ejemplo de lo irracional de las tarifas una foto del super exclusivo edificio Kavanagh de la Plaza San Martín, que dijo que paga en promedio por unidad unos 150 pesos por mes por el agua. En su momento Guzmán denunció que el actual esquema que el kirchnerismo se negaba a modificar implicaba en los hechos «subsidios para ricos»
Según la información oficial, a partir en la inscripción en el registro para mantener a los subsidios, se determinó que 270 mil hogares perderán todos los subsidios al gas y casi 400 mil los de la electricidad. En tanto, Aysa determinó que unos 450 mil hogares se quedarán sin beneficios en la tarifa de agua desde noviembre. En este último caso, los usuarios considerados de nivel medio perderán el subsidio de manera escalonada de aquí a marzo de 2023.
En el caso del gas, según explicó Bernal a los usuarios a los que se le quita el total del subsidio se les aplicará un aumento escalonado que llegará hasta el 167 por ciento del valor PIST. Según el ejemplo brindado para un usuario promedio la factura podría pasar de $1.650 por mes a $3.105. Bernal presentó un esquema de segmentación mucho más complejo en el que cruzó criterios climáticos y de ingresos y que dijo que se ajustará cada mes según la estacionalidad.
En un tono más de barricada, Bernal explicó que en su caso de aplicarán criterios de quita de subsidios distintos según zonas climáticas y comparó como ejemplo el consumo de gas en viviendas de la misma dimensión en la Ciudad de Buenos Aires, que administra el PRO y en la provincia de Santa Cruz, que gobierno el kirchnerismo.
Para los usuarios de nivel medio, Bernal explicó que se subsidia un volumen equivalente al 70% del promedio de los umbrales mínimo y máximo de cada categoría y subzona. En este caso, el aumento del 167% será sobre el excedente de consumo. El promedio, siempre según el ejemplo del gobierno, sería de unos $500.
Bernal presentó un esquema de segmentación mucho más complejo en el que cruzó criterios climáticos y de ingresos y que dijo que se ajustará cada mes según la estacionalidad.
En el caso de la luz, se reiteró que el tope de consumo sin subsidio será de 400 kWh mensual por hogar, pero se aclaró que el tope será de 550 kWh para las localidades que no cuenten con gas natural por red.
En el ejemplo aportado por Yanotti, para una factura de luz con un consumo promedio de 300 kWh por mes, el aumento a partir del mes que viene será de unos 800 pesos. El funcionario dijo no tener a mano ejemplos del aumento promedio de consumos mayores o menores a 300 kWh.
En el caso de Aysa, se aplicará un criterio zonal para aplicar la quita de subsidios, que será más fuerte que para los usuarios de gas y luz. Para los usuarios considerados de nivel alto, la quita será total desde noviembre y para una factura que actualmente paga $841 (sin impuestos) el aumento será de alrededor del 150%: pasará a pagar $2.099 (sin impuestos).
Para los usuarios medios, la quita será escalonada. Una factura que actualmente paga $754 (sin impuestos) pasará a pagar $1.883 (sin impuestos) en junio de 2023, es decir que el aumento también estará en torno al 150 por ciento, pero escalonado.
Para los sectores de zonas consideradas bajas (pero sin tarifa social), una factura de $707 (sin impuestos) pasará a pagar $1.501 (sin impuestos) en junio de 2023, es decir que el aumento también estará en torno al 112 por ciento, ya que mantendrán un 15 por ciento de la boleta subsidiada.