El cambio climático no solo es responsabilidad de científicos, empresas o gobiernos. Cada uno de nosotros debe ayudar a combatirlo, mitigar sus efectos y hacer un mundo mejor para las generaciones que nos sucederán. Estos consejos pueden ayudarte a conseguirlo.
Preferible fresco y de temporada
Para limitar el impacto de nuestra dieta en el clima elige frutas y verduras de temporada, que generan en promedio siete veces menos gases de efecto invernadero que los productos cultivados en invernaderos que necesitan calefacción. Y recuerda que los productos procesados no ayudan ni a tu salud ni a la del planeta.
Menos y mejor carne
Contrariamente a la creencia popular, las proteínas no sólo están presentes en los productos animales, sino que puedes encontrarlas en grandes cantidades en ciertas plantas, como legumbres, semillas o frutos secos. Eso no implica que se abandonen las carnes por completo, pero sí que se reduzca su consumo y que se elija la de cría sostenible.
Lucha contra la deforestación
Evita productos que contengan componentes famosos por originar la deforestación, como el aceite de palma, elige frutas, verduras y demás productos de las que conozcas su origen y trazabilidad y opta por adquirir artículos de madera cuyas etiquetas te garanticen que son producto de una gestión forestal sostenible.
Consume energía limpia
Para reducir nuestro impacto diario en el clima podemos elegir energía limpia de recursos renovables. Cada vez son más los proveedores de energía que fomentan su desarrollo, optar por ellas es una buena idea. Pero también puedes apostar por el autoconsumo, con lo que ahorrarás dinero y daños medioambientales.
Desecha correctamente
Moléstate en seleccionar tus desechos de forma cuidadosa y de depositarlos en el contenedor correspondiente. Pero no solo lo hagas con la basura orgánica, el papel o los plásticos, también tienes que buscar dónde tirar el aceite usado, las pilas y baterías, las luminarias y bombillas y/o los medicamentos.
Cuida los océanos
Para luchar contra el cambio climático resulta imprescindible preservar los océanos y tú puedes hacerlo comprando productos de todo tipo que sean amigables con el medio ambiente. De esta forma tendrás la tranquilidad de que no estarás aportando desechos contaminantes y perjudiciales que podrían acabar en los océanos.
Apuesta por la eficiencia
Busca el etiquetado de eficiencia energética, que te ayudará a elegir los productos según su consumo energético. Esta clasificación está simbolizada por letras y los que menos consumen, son más eficientes energéticamente y por lo tanto resultan los más respetuosos con el medio ambiente, están clasificados con la A.
Cuida tu forma de transportarte
La mejor solución sigue siendo andar en bicicleta y caminar, puesto que son las formas de transportes más ecológicas, saludables y económicas. Cuando no tengas más remedio, elige el transporte público, los coches eléctricos o híbridos o los vehículos compartidos, que son los más eficaces para ayudarte a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero cuando viajes.
Pásate a la economía circular
Modificar tus patrones de consumo es vital si quieres luchar contra el calentamiento global y para hacerlo puedes optar por un sistema de economía circular en tu propia casa. Para ello solo tienes que aplicar el principio de las 3R: Reducir, Reutilizar y Reciclar. Esta es la base de una economía diferente, que puede cambiar tu vida por completo.
La economía circular te permitirá reducir considerablemente la cantidad de residuos y evitarás la producción innecesaria de nuevos objetos. Todos tus productos de consumo cotidiano como muebles, textiles o electrodomésticos pueden repararse o encontrar una nueva vida a través del reciclaje o de la donación, evitando que se conviertan en desechos.