El punto elegido fueron las bajadas públicas inclusivas que este año se inauguraron en las playas céntricas de la ciudad.
Dañaron las duchas, se robaron las placas solares, robaron las baterías y cables y lo que no se llevaron lo rompieron.
“Ya se está trabajando para que todo funcione nuevamente, ojalá lleguemos a armar de nuevo para el final de temporada sino será la próxima” expresó Norberto “Tano” Cafiel, uno de los impulsores de la iniciativa, que aclaró que “los costos son altos y se solventaron con el aporte de comerciantes locales”.