Los datos de Cataluña permiten ver cuántas personas se hospitalizan según su estado vacunal, mientras que los análisis minuciosos del Reino Unido confirman que las vacunas son efectivas contra la nueva variante, que su efecto decae con el tiempo y que se recupera con las dosis de refuerzo.
La sexta ola de la covid-19, protagonizada por la variante ómicron, ha multiplicado los contagios tanto entre quienes no están vacunados como en quienes sí lo están —en los últimos 14 días se han notificado casi 1,4 millones de casos y hay miles más sin notificar—, pero las vacunas se están mostrando muy efectivas a la hora de proteger de la enfermedad grave a los infectados. Aunque precisar ese nivel de protección es muy complejo, los datos parciales recogidos en España y los análisis exhaustivos realizados en el Reino Unido muestran que las personas inmunizadas tienen mucho menos riesgo de ser hospitalizadas o morir por culpa del virus.
La información más detallada en España la ofrece Cataluña, que muestra datos desglosados por situación vacunal. Analizando los fallecidos en esta comunidad autónoma entre el 23 de diciembre y el 12 de enero por cada 100.000 habitantes, la mortalidad de personas de 70 u 80 años es cinco veces mayor para los no vacunados que para los inmunizados. Y algo similar ocurre en otras edades. Así, en este periodo se han notificado 50 muertes por 100.000 personas entre las personas sin vacunar de 70 a 79 años, mientras que entre los inmunizados la cifra es de solo 10 por cada 100.000, es decir, cinco veces menos. Mientras, en el grupo de 60 a 69 años la diferencia es similar: la mortalidad de los no vacunados es de 15 muertes por 100.000 personas; para los vacunados, en cambio, se reduce a 5,5 por 100.000.
Los datos catalanes muestran además que la protección de las vacunas también se nota en los hospitales y en las unidades de cuidados intensivos. Para los inmunizados de entre 70 y 79 años la probabilidad de acabar ingresado es casi seis veces menor que para los que no han recibido ninguna dosis. Mientras, la opción de llegar a las unidades de cuidados intensivos tras infectarse por covid es hasta 10 veces menor en el primer grupo que en el segundo.
El Ministerio de Sanidad también publica datos de hospitalización en toda España desglosados por estado vacunal, aunque en este caso hacen una estimación: para calcular el número de no vacunados en cada franja de edad substraen la cifra de vacunados de la población que había en 2020. Sin embargo, la población diana habrá crecido desde entonces, por lo que es posible que los cálculos del ministerio estén sobrestimando la incidencia entre los no vacunados. Las cifras arrojan conclusiones similares: para personas entre 60 y 79 años, por ejemplo, se observan unas tasas de ingresos en los hospitales que son 18 veces peores para los no vacunados. Esa sobreestimación puede explicar que ese dato sea muy superior al de Cataluña.
En otros países los datos de hospitales apuntan lo mismo. En Italia, donde la sexta ola está siguiendo un ritmo parecido al de España, la brecha entre vacunados y no vacunados es evidente y se mantiene en el tiempo. La probabilidad de ingresar en el hospital es 10 veces más alta para los no vacunados de 60-79 años, cifra similar a la de Suiza.
Las dosis de refuerzo recuperan protección
En el Reino Unido, la Agencia por la Seguridad Sanitaria (HSA) ha analizado en detalle más de medio millón de contagios de la ómicron en las últimas semanas de 2021. Además, para extraer conclusiones firmes, al comparar los grupos de vacunados y no vacunados, tienen en cuenta muchos factores que pueden influir en su probabilidad de contagio e ingreso. Consideran la edad del infectado, su género o la región donde vive, pero también si constan positivos previos, si ha viajado a otros países o si sufre alguna patología. Su objetivo es monitorizar la efectividad de las vacunas, es decir, medir en qué medida se reduce el riesgo de contagio, hospitalización o muerte de una persona por el hecho de vacunarse.
Sus resultados confirman que las vacunas siguen protegiendo a los inmunizados y que lo hacen especialmente de la enfermedad grave, pero también observan una pérdida de efectividad con el pasar de las semanas. Al principio de recibir la segunda dosis, la efectividad de las vacunas contra el ingreso ronda el 72%, pero baja al 52% en seis meses. En este sentido, la buena noticia es que las dosis de refuerzo vuelven a elevar la protección; para los mayores de 65 años, por ejemplo, alcanzan el 90%.
¿Qué ocurre con los contagios en la ola ómicron?
La nueva variante es muy capaz de infectar a vacunados, tal y como lo constatan de nuevo los estudios del Reino Unido: la efectividad de dos dosis evitando infecciones sintomáticas podría caer casi a cero pasados seis meses, mientras que con la delta se mantenía en el 40%. Incluso tras la dosis de recuerdo, la efectividad contra la ómicron es parcial, en tasas de entre el 40% y el 60%, de nuevo con cifras peores de las que lograban contra la delta (90%).
Estos resultados se ajustan teniendo en cuenta muchas variables. De hecho, cuando se comparan tasas de contagio brutas para personas vacunadas o sin vacunar ocurre que son muy parecidas o incluso peores para el grupo vacunado frente a quienes no han recibido ninguna dosis; esto puede ocurrir, por ejemplo, si entre los no vacunados hay muchas más personas que están inmunizadas de forma natural por una infección previa. Este último extremo puede explicar que algunos estudios encuentren efectividades aparentemente negativas, como ocurre en los informes del Reino Unido o en un estudio preliminar en Dinamarca.
Algo similar se observa en los datos oficiales de Islandia: la incidencia es más alta en la población vacunada, sin dosis de refuerzo, que entre los no vacunados (5.600 casos en 14 días por 100.000 personas, frente a los 4.000 del grupo no vacunado). Eso sí, la menor incidencia se da entre los islandeses con tres dosis.
Y esto mismo se repite en los datos de Cataluña: en noviembre la incidencia era menor para los vacunados que para los no vacunados en todas las edades. Pero ahora, tras la llegada de la ómicron, entre los menores de 50 años, que apenas han recibido terceras dosis, las tasas de contagio parecen ser superiores en los vacunados.
FUENTE: El país – España