El número de muertos por el tifón Phanfone en Filipinas en el día de Navidad se elevó a 28 y es probable que ese saldo aumente aún más, anunciaron el viernes autoridades locales.
El tifón, con ráfagas de viento de hasta 200 kilómetros por hora, golpeó ferozmente pueblos aislados y destinos turísticos populares en el centro de Filipinas el miércoles.
Las autoridades confirmaron el viernes que 28 personas habían muerto. En la víspera, se había informado sobre 16 muertos, pero comenzaron a llegar informaciones desde áreas que se encontraban aisladas desde el paso del tifón.
«Existe la probabilidad de que el conteo de víctimas siga aumentando», dijo a la AFP el portavoz de la agencia nacional de desastres, Mark Timbal.
El funcionario añadió que al menos 12 personas todavía figuraban como desaparecidas.
Entre las víctimas fatales había varios miembros de una familia que se ahogaron, un policía electrocutado por un poste derribado mientras patrullaba y un hombre alcanzado por la caída de un árbol.
Phanfone obligó al desplazamiento de decenas de miles de personas que viven en la costa y áreas bajas, que de esa forma se vieron obligados a celebrar la Navidad en los centros de evacuación.
Filipinas es la primera gran masa de tierra que enfrenta el cinturón de tifones del Pacífico, y recibe en promedio unas 20 tormentas al año.
Phanfone, localmente llamado «Úrsula», es el ciclón número 21 en llegar a Filipinas en 2019.
En general estas tempestades destruyen cosechas y viviendas, afectan gravemente la infraestructura y condenan a miles de personas a la pobreza permanente.
Aunque mucho más débil, Phanfone siguió un camino similar al super tifón Haiyan, la tormenta más mortífera registrada en el país, que en 2013 dejó más de 7.300 personas muertas o desaparecidas a su paso.
Phanfone se dirigía hacia Vietnam el viernes, pero los peritos pronosticaron que se debilitará significativamente en un área de baja presión mucho antes de tocar tierra nuevamente.
