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Por Horacio Castelli

Después de cuatro años de gestión, el Dr. Facundo López, deja un municipio que se derrumba, por errores propios y una economía nacional y provincial nefasta.

No voy hacer comparaciones con otros distritos, porque la mayoría de los vecinos recibieron ayudas que Necochea no, y además las características son de poca población, pequeñas localidades y mucho territorio agropecuario.

Por supuesto si todas esas virtudes son dilapidadas con una mala administración, la situación sería igual que la de Necochea hoy.

Además de los errores evidentes que cometió el intendente saliente desde lo personal, suma la insistencia en mantener funcionarios que evidentemente eran inútiles para ocupar los puestos en que fueron designados.

No voy a entrar en especulaciones que se distribuyeron durante la campaña electoral, porque la mayoría se basaron en fak news y sin sustento legal, no hubo denuncias ante la justicia por lo que no tienen ninguna trascendencia.

Pero, que el Secretario de Salud salga públicamente por los medios, a pedir donaciones de alimentos secos para el Hospital Municipal, ya es el colmo de una administración.

Se dilapidó dinero en muchos funcionarios, demasiados para la estructura del Municipio de Necochea.

Lo he escrito en otras editoriales, para algunos muy exagerado, que, con cinco funcionarios políticos, incluido el intendente, es suficiente.

Si alguien quiere discutir que no se ahorra mucho nombrando menos funcionarios, los reto a una discusión con números en la mano, a discutirlo.

Cada funcionario tiene que generar resultados positivos que justifiquen sus sueldos, que no son menores, teniendo en cuenta que un director gana lo mismo que un concejal y de allí hacia arriba.

Fueron innumerables las veces que se le alertó el intendente López de su error de nombrar tantos funcionarios y que debía realizar cambios, pero jamás hizo caso a esos pedidos.

Prefirió encerrarse en su grupo íntimo y desoír lo que decía la calle, un mal que terminan sufriendo la mayoría de los políticos.

Una derrota tan categórica como la sufrida en el medio mandato, a manos del propio Arturo Rojas, tendría que haber actuado como una alarma de que algo estaban haciendo mal.

Sin embargo, se insistió en las actitudes previas y en algunos casos la profundizaron. Bueno, el resultado estuvo a la vista el 27 de octubre.

El problema es que la Municipalidad queda derrumbada una vez más.