sábado, noviembre 23, 2024

Crónicas en Domingo, Guillot, Locales, Opinión

Crónicas en domingo. Banco. Yo te banco

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Silvia Guillot

Expresión argentina como pocas, adaptable a casi cualquier circunstancia, es utilizada muy seguido por nosotros.

No está demás aclarar para el resto del mundo que la palabra bancar no hace referencia al objeto en el cual uno puede descansar su anatomía. Bancar significa tanto apoyar espiritualmente a alguien como simplemente tolerarlo.

Tolerar, si uno es detallista (o mierdero, también en argentino básico), tiene un dejo de discriminación: se tolera lo que no se quiere, lo que no es ampliamente aceptado, lo que no tiene remedio.

Por eso elijo usar bancar, palabra amplia y redonda, translúcida y cálida, cada vez que deseo decirle a alguien que puede contar conmigo. “No te hagas problema, yo te banco”, es un compromiso.

Te banco porque sos mi amigo. Te banco porque te comprendo. Te banco porque te quiero. Te banco porque sabés. Te banco porque te comprometés. Te banco aunque no te comprometas. Te banco aunque no sepas. Te banco aunque no te quiera. Te banco aunque no te comprenda. Te banco aunque no seas mi amigo.

No somos santos, los argentinos. En más de una oportunidad nos quedamos en el discurso y bancar no pasa de ser una expresión cómoda y vacía. Basta con ver el grado de agresividad hacia lo diferente para darse cuenta de eso.

Del dicho al hecho… debiera haber poco trecho, y si uno habla tendría al menos tratar de sostener sus palabras con acciones.

Bancar lo que nos place, lo que se nos parece, es fácil. Lo difícil es bancar lo que no nos gusta tanto, lo que es distinto.

Somos diferentes, ¡bienvenido sea!, porque lo diferente nos completa.

Finalmente, por todo lo anterior: ¡Yo te banco!, a vos, que leíste este artículo, aunque pensás que es de cuarta (otra expresión argentina).