Un púber de 12 años en Holanda decidió decir basta a un tratamiento con quimioterapia para combatir el cáncer, en contraposición al parecer de los médicos, quienes consideraban que debía seguir con otro ciclo para erradicar definitivamente la enfermedad.
Pero el chico desistió ante el temor de los efectos colaterales en su físico, y los jueces le dieron la razón pese también a la opinión contraria de su padre.
Del joven se conoce sólo el nombre del bautismo, David. Hace alrededor de un año se le había diagnosticado un tumor en el cerebro.
La operación salió bien y el tumor desapareció del todo gracias a la radioterapia, pero para evitar recaídas en la enfermedad se le indicaron cinco semanas de quimioterapia.
Un tratamiento, según los médicos, que harían subir al 75%-80% sus posibilidades de supervivencia. Sin él, se detendría sólo al 50%.
No obstante, David optó por rechazar el tratamiento por miedo a una efectos colaterales en el cuerpo por los medicamentos de la quimioterapia. La decisión fue apoyada por la madre pero rechazada por el padre.
Se trata de una pareja divorciada y, según el padre, su exmujer habría influenciado al hijo con su propensión por la medicina alternativa.
El padre decidió llevar el caso ante el tribunal. El juez de primer grado de la ciudad de Alkmaar, en el norte de Holanda, ya en mayo se expresó a favor de la autodeterminación del joven paciente.
Después del recurso presentado por el padre, llegó también la sentencia de apelación de la Corte de Ámsterdam: David está en condiciones de decidir solo.
Los jueces se apoyaron en el parecer de un psiquiatra, que sostuvo que el joven es perfectamente capaz de entender y de decidir.
Una historia que no sorprende suceda justo en Holanda, si se considera que los Países Bajos y Bélgica son los únicos en Europa que para los niños se admite la posibilidad de acceso a la eutanasia.
En los Países Bajos, esta elección está prevista sólo para los niños de entre 12 y 16 años y sólo con el respaldo de los padres.
Sobre la base de la ley, serían necesarios también para decidir exámenes o tratamientos médicos como en el caso en cuestión.
Los jueces consideraron que David ya es plenamente adulto y responsable de sus propias decisiones en materia de salud.
La decisión emerge cuando aún no se ha acallado la polémica por otro pequeño, el británico Charlie Gard, quien debía ser desconectado de las máquinas que lo mantenían vivo, luego de que fallos británicos europeos le dieran la razón a los médicos.
Pero los padres insisten en que se les permita un tratamiento alternativo para el extraño síndrome de depleción mitocondrial, que es letal.
Su tenacidad y presiones como las de Donald Trump y el papa Francisco mantienen el caso aún latente. (ANSA).