jueves, noviembre 28, 2024

Internacionales

EL MUNDO: «Pyongyang es una amenaza urgente y creciente»

Sharing is caring!

Estados Unidos encendió hoy más alarmas rojas sobre los riesgos que agita Corea del Norte, la Casa Blanca citó a varios senadores de urgencias y cargó discursivamente contra el país asiático, mientras apura la instalación de un sistema defensivo en Corea del Sur.

«El programa nuclear de Corea del Norte representa una amenaza urgente y creciente a la seguridad nacional de los Estados Unidos», afirmó hoy alarmante el Departamento de Estado norteamericano.

La afirmación ocurrió luego de una reunión de senadores en la Casa Blanca para evaluar la escalada de la crisis con Corea del Norte, mitin en el que tomó parte el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson.

La estrategia del gobierno de Donald Trump es «seguir presionando a Corea del Norte» para lograr la desnuclearización de la Peníncula Coreana, según una declaración tras la reunión de senadores en la Casa Blanca.

Los Estados Unidos «está abierto a las negociaciones para la desnuclearización» de la Península Coreana, pero también «preparados para defenderse y defender a nuestros aliados», acota el duro mensaje, que elevó hoy tensiones.

El gobierno Trump avanzará en el fortalecimiento de sanciones contra Pyongyang, se afirmó desde la Casa Blanca.

En tanto, Estados Unidos acelera la instalación en Corea del Sur de un sistema de defensa Thaad en suelo surcoreano, que «estará operativo en los próximos días», lo que desencadenó la protesta de la población local y causó la ira de China.

El sistema estará en funciones «en los próximos días», anunció hoy al Congreso el almirante Harry Harris, máximo comandante de Estados Unidos en la región Asia Pacífico, evocando la necesidad de instalar otros sistemas de defensa aérea en Hawai.

Las declaraciones de Harris se produjeron pocas horas antes de que senadores estadounidenses fueran llamados de urgencia a la Casa Blanca y terminaran trasladados con un servicio de autobuses escoltados para que se muevan colectivamente de forma rápida, desde el Capitolio a la sede del Ejecutivo.

Los legisladores recibieron en el auditorio sur de la sede gubernamental informes sobre la crisis con Corea del Norte, en un inusual llamado.

La medida de Estados Unidos sumó tensión tras el arribo del submarino nuclear en Corea del Sur y aquel, inminente, de una escuadrilla naval guiada por el portaaviones USS Carl Vinson, en un contexto de maniobras con Tokio y Seúl.

Asimismo, generó la protesta de China, temerosa de que el sistema Thaad, cuyo radar tiene una profundidad de visión de hasta 2.000 kilómetros, mucho más allá de Pekín, pueda perjudicar su seguridad.

«China pide con fuerza a Estados Unidos y a Corea del Sur que detengan acciones que empeoren las tensiones regionales y dañen intereses de la seguridad estratégica, que cancelen el despliegue de los sistemas antimisiles Thaad y que retiren los equipos», declaró el portavoz del Ministerio de Exteriores, Geng Shuang.

Pekín, añadió, «dará todos los pasos necesarios para defender sus intereses». «El peligro que estalle un nuevo conflicto en cualquier momento es grande», advirtió, con un tono más dramático, el jefe de la diplomacia china Wang Yi.

El accionar estadounidense irritó a Pekín, que hasta ahora, por pedido de Estados Unidos, había hecho esfuerzos «positivos» para desactivar la crisis norcoreana, como reconoció el propio Trump. Pero la decisión habría estado condicionada por la exigencia de volver la presencia de los Thaad un hecho cumplido, sustancialmente irreversible, antes de las elecciones del próximo 9 de mayo que elegirán al sucesor de la depuesta presidenta Park Geun-hye, que había acordado la instalación.

Moon Jae-in, el candidato del Partito Democrático a la cabeza de las encuestas con más del 40% de las preferencias, se comprometió a rever la decisión en caso de victoria.

El país está profundamente dividido sobre la cuestión, como lo han demostrado las fuertes protestas de la población en la zona de Seonjou, a 135 millas al sudeste de Seúl, donde llegaron algunos elementos claves del sistema antimisiles.

Centenares de personas se movilizaron y cortaron las calles, aunque su protesta fue callada por unos 8.000 policías.

La escalada de operativos estadounidenses también provocó la furia de Pyongyang: «en caso de que estalle la guerra en la península, Estados Unidos será considerado el total responsable por haber causado problemas después de haber llegado muchos activos estratégicos y medios de guerra especiales».

Así lo afirmó un portavoz del Ministerio de Exteriores de Corea del Norte. También Moscú se mostró preocupado por la situación, pues, a juicio del canciller Sergéi Lavrov «el escenario de una situación militar de la cuestión norcoreana es extremadamente peligroso para toda la región del noreste asiático».

En ese contexto, los senadores llegaron a la Casa Blanca para recibir información de parte del secretario de Estado, Tillerson, del jefe del Pentágono, James Mattis, del número uno de los servicios de inteligencia, Dan Coats, y del jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, Joseph Dunford. Tillerson también presidirá una reunión del Consejo de la ONU el próximo 28 de abril sobre Corea del Norte de Seguridad, para pedir probablemente nuevas sanciones, como lo ha sugerido el propio Trump. (ANSA).