Pacientes afectados señalan que dejaron de recibir por parte del sistema público de salud tanto medicación para el tratamiento de la enfermedad como reactivos para la realización de recuentos de CD4 y control de carga viral.
Pacientes con VIH denunciaron ayer que el sistema público de salud no está entregando medicación para el tratamiento de la enfermedad, ni reactivos para la realización de recuentos de CD4 y control de carga viral. El faltante afecta a un universo potencial de 76 mil enfermos.
Según dijeron integrantes de una red de pacientes con VIH, los problemas en la provisión de medicación y reactivos comenzaron a notarse a principios de año, y en la actualidad las demoras llegan hasta 45 días.
Tanto los remedios como los reactivos para hacer el test de efectividad del tratamiento son importados de Europa y provistos gratuitamente en los hospitales públicos a los pacientes que no tienen prepaga, es decir, a aquellos que se encuentran en situación social más vulnerable.
El problema no se presenta entre los abonados a las prepagas donde la provisión es normal, según publicó Diario Popular.
Las fuentes consultadas por el diario calificaron de “grave” la situación y reclamaron urgentes medidas a las autoridades sanitarias nacionales para normalizar el suministro de estos elementos.
Durante la campaña presidencial, el dirigente y militante kirchnerista Alex Freyre había advertido que una situación de este tipo se podía dar si ganaba Mauricio Macri. Entonces los medios lo criticaron duramente. “Son medicamentos que yo también preciso”, dijo ahora Freyre a En Orsai.
Según Daniel Gauna, de la Red Argentina de Jóvenes y Adolescentes Positivos (RAJAP) “nos hemos comunicado con el ministerio de Salud y la Dirección Nacional de Sida para plantear la emergencia pero todavía no hemos recibido respuestas”.
“Creemos que el faltante de las drogas y reactivos se debe a una imprevisión tanto de las actuales autoridades como de las anteriores”, dijo Gauna que consideró que “hay una reestructuración en marcha en el ministerio que está afectando a los programas nacionales como el de VIH”.
Según datos publicados en sitio web de la Dirección Nacional de Sida y del Ministerio de Salud de la Nación, en el país hay 110.000 personas que viven con VIH, el 69 % de los cuales (76.000 pacientes) es atendido en el sistema público de salud.
En tanto Nicolás Páez, responsable de comunicación de la Red, le explicó a Diario Popular que los reactivos nunca antes habían faltado. “Aunque no queremos relacionarlo con el cambio de gobierno tenemos que decir que lamentablemente es así: estos problemas empiezan con la transición entre una gestión y otra”.
“Hay problemas burocráticos y de falta de presupuesto en esta gestión, pero también hubo imprevisión de parte de la anterior que no hizo stock para cubrir las necesidades a partir de diciembre”, sostuvo Páez.
Los atrasos más graves se verifican en la provincia de Mendoza y en el Hospital Fernández de la Ciudad de Buenos Aires y obligan a reprogramar los análisis para el recuento de CD4, que permite establecer la eficacia del tratamiento.
Según explicó Páez, los test se realizan cada tres o cuatro meses y marzo y abril son los meses de mayor demanda de reactivos. Las quejas por las demoras han sido formuladas también por otras entidades como la Red bonaerense.
Estos medicamentos son fabricados en Europa y son muy costosos, por lo que el sistema público los entrega gratuitamente a los pacientes que lo soliciten.
Para obtenerlos el enfermo concurre al hospital donde un infectólogo autoriza la receta que se cambia por el medicamento en la propia farmacia de la institución. “La caja alcanza para 30 días por lo que todos los meses hay que concurrir de nuevo al hospital”, explicó Páez.
“Lo que está pasando en el interior es que como la medicación es insuficiente, los comprimidos alcanzan para 15 días, por lo que cada dos semanas hay que viajar hasta la ciudad cabecera donde se entregan los remedios y esto implica duplicar los gastos”, dijo.
En la actualidad el tratamiento para VIH-SIDA se suministra a través de los llamados “cócteles” que reúne en una sola pastilla (y en una sola toma) la acción terapéutica de tres o cuatro drogas.
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