lunes, noviembre 25, 2024

Locales, Opinión

2015: la búsqueda de una esperanza

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Por Miguel Abálsamo.

Cuando las situaciones son más complicadas surgen las mayores esperanzas.

Si algo no funciona en nuestra salud, la clásica frase es «siempre tengo esperanzas de mejorar».

Si nuestro equipo favorito termina el primer tiempo dos a cero abajo nos decimos para nuestros adentros… «tengo esperanza que en el segundo lo empatamos».

Si estamos carentes de posibilidades laborales reflexionamos «abro esperanzas de conseguir trabajo».

Si no hay esperanza, hay depresión.

Los pueblos no se deprimen aunque puedan amilanarse con los acontecimientos, y siempre hay camino a la esperanza.

Es un límite sin fin.

La adversidad prepara la llegada de la esperanza.

Nuestro distrito aguarda en este 2015 un año electoral que será recibido de manera muy especial y no igualitaria a la democracia en otros lugares de la región.

Nos pasan cosas que no sabemos porque nos pasa, y a veces el no saberlo no nos posibilita desarrollarnos como ciudad.

Siempre un año de  elecciones trae esperanzas.

Elegir un  nuevo intendente tiene ligazón con todo esto, porque abre una bocanada de oxigeno a la debilidad institucional existente, aparecen nuevos proyectos e ideas, y nos ponemos  en un estado de animo en el cual todos creemos que lo que deseamos o pretendemos, sin utopías de  milagros irrealizables, pueden ser metas posibles.

El candidato que pueda significar esperanza, con cimientos sólidos y mensajes claros, tendrá una gran posibilidad de comandar los destinos locales en los próximos cuatro años.

El advenimiento de la democracia nos encontró florecientes como plantas primaverales en el 83, eligiendo a quien mejor representaba nuestros intereses «caseros», el doctor peronista Domingo Taraborelli, a pesar del «alfonsinazo» nacional. Nuestra sociedad comprendió en ese momento y en ese tiempo que el hombre exacto era él. Tiempo de renovaciones, diálogos y construcciones.

En el 87 esa esperanza la radicó en José Antonio Aloisi, y luego en ocho años de gestión del doctor Julio Municoy, para otros ocho del doctor Daniel Molina, y el profesor Horacio Tellechea a partir del 2011, situación interrumpida por una Comisión Investigadora, cuestionada  hasta nuestros días, desembocando en el interinato de José Luis Vidal.

20 años de gobiernos peronistas (Taraborelli-Aloisi-Municoy).

8 años de gobierno radical (Molina).

4 años de gobierno del Frente para la Victoria. (Tellechea-Vidal).

Todos sin excepción, sin hacer análisis fino que llevaría horas, de cada gestión y sus finales, tuvieron en el momento el pueblo como elector, y ese momento de la vida de nuestro distrito depositarios de todas las esperanzas que pretendemos se efectivicen.

En todas las elecciones el peronismo tradicional con sus nombres propios históricos tuvo directa participación.

Ganando varias elecciones, y cuando le tocó perder como en el 2003 con el doctor Marcelo Rodríguez Olivera de candidato, en el 2007 cuando la sociedad dejó escapar increíblemente un mandato de cuatro años para uno de los hombres más preparados para gobernar como el doctor Gastón Guarracino o en una magnífica elección del arquitecto Roberto Rago a manos del profesor Horacio Tellechea, fue segundo, a punto de alcanzar el objetivo.

En 30 años de democracia local además de sus intendentes tuvo dos figuras claves, una que pertenece al pasado, Miguel Ángel «Puni» García, otra el vigente líder sindical-político, Gerónimo Venegas.

Precisamente en este último la sociedad necochense, a mi entender, esta colocando las principales espadas de la esperanza.

Primero por su perseverancia y voluntad, por esa prepotencia de trabajo, y segundo porque nuestros últimos años han sido deambulando sin rumbos claros.

Los últimos cuatro años de Molina (2007-2011) dejaron al Partido Radical en una situación de precariedad que parecería imposible pueda revertir en el 2015, y lo ocurrido en el Frente para la Victoria, sus fragmentaciones evidentes, lo han dejado mal parado, y solamente aspirando por el momento a una buena elección pero la realidad indica que quedó muy lejano, casi perdido en el tiempo aquella victoria en días felices del 2011, dependiendo esa buena elección del aporte nacional y provincial con candidatos que sumen de arriba hacía abajo, puedan luego de las PASO llegar a acuerdos de unidad que hoy parecen lejanos, ya sea con la vuelta de Tellechea determinado por la Justicia, o la continuidad  interina de Vidal, llegar a un calmo 2015 sin sobresaltos que terminen tirando por la borda las últimas posibilidades de alimento de credibilidad.

¿Pueden convertirse en esperanza de una gran parte de la sociedad Ricardo Calcabrini «sciolista», Luciano Lezcano, u otros que aparezcan en el firmamento, Alberto Condenanza, Camilo Vidal, Marcelo Schwartz, Ana Porcaro,  Juan Domingo Larrea ? quien le dijo al propio Vidal cuando lo convocó … «José…yo me presentó como candidato en las PASO, con vos o sin vos… tenelo en cuenta».

Todo puede ser en el reino de la política, verdadero arte de gobernar y seducir.

Será de tener el cuenta una figura como Horacio Tellechea, que si sale del llano por decisión de la justicia y asume como intendente es otro factor a tener en cuenta si puede edificar en pocos meses una figura atrayente nuevamente como lo fue otrora.

Y detenernos en los dos intendentes, Vidal-Tellechea, que hoy distantes, pueden reanudar un diálogo y unidos  gravitantes en una interna K.

Se apunta mucho a las figuras de Roberto Rago y Facundo López.

No es recibirse de sabio aventurar el por qué.

La presencia de Gerónimo Venegas es un factor cada vez más determinante en la sociedad, y Facundo crecerá lo que crezca Sergio Massa, donde versiones corren por senderos que se bifurcan diría Borges… por un lado aquellos que aseguran crecimiento y otros que vaticinan caída del líder tigrense hoy diputado nacional.

Ni Rago ni López tienen tampoco el camino allanado, sabemos de sus fortalezas, lo que no sabemos es si sus candidaturas van por el camino recto o tendrán que sortear dificultades.

Rago conforma un trípode con Pablo Aued y Arturo Rojas, que divide aguas en la calle y que responden verticalmente (hasta que se demuestre lo contrario) al verticalismo del gran conductor «Momo» Venegas.

Una encuesta definiría al candidato. Sin embargo nadie se suma a la ingenuidad de pensar que no será Roberto Rago, porque mide tan bien como los demás, tiene el apoyo total en esta instancia del conductor de Fe, y estos cuatro próximos años si le toca gobernar da tal vez el casillero justo dejando paso al 2019 donde resultará la aparición de las figuras del Club de los 40.

Todo indica que el presidente del Concejo Deliberante, Pablo Aued tendría, en caso de ganar Fe y no ser el intendente, la gran responsabilidad de la continuidad dialoguista en el legislativo, donde el partido ganador no tendrá mayoría y se impone un dirigente como Pablo, para armonizar ideas, nunca agotar el diálogo y poder sacar leyes que serán estrictamente necesarias donde habrá que recurrir a algunas cirugías profundas para extirpar males que tenemos de hace mucho tiempo.

Esto no solamente podrá hacerlo sólo el partido que gane y el hombre que gobierne, deberá sumar al arco político legislativo y fundamentalmente convencer a la sociedad de los cambios a imponer y medidas que a veces no son agradables pero necesarias.

Aued tendría esta responsabilidad, o bien la posibilidad de ser candidato en la quinta sección electoral a una diputación provincial.

Rojas sabe que en el peronismo no es conveniente sacar los pies fuera del plato, especialmente en platos ganadores. Se sabe que quien da de comer a perro ajeno termina perdiendo el perro y la comida.

Tiene todas las condiciones para ser candidato, pero deberá saber que la paciencia es el arte de esperar, y una jugada equivocada o antes de tiempo terminaría haciendo caer un castillo de naipes, siempre es difícil volverla a armar.

¿En quien depositará la esperanza nuestra sociedad?

A poco tiempo de las PASO y a diez meses de la elección a intendente, todavía no hay una definición sobre la esperanza de la gente a tal candidato.

Hoy aparece el «veneguismo» como una apuesta de mucha gente por varios motivos.

Por los desaciertos del pasado.

Por no encontrarse «el opositor» claro en la vereda de enfrente.

Por haberse apagado aquello de la «sintonía fina».

Porque Venegas tiene poder cautivo en las bases, y esta en condiciones de ganar en la polarización o en la dispersión de candidatos.

En la segunda instancia tendría el camino allanado, puesto que Fe en el distrito de Necochea tiene 20.000 votos, lo cual le garantizaría en caso de varias opciones que sumen, «massismo» Unen,»macrismo», una ventaja de todo punto de vista.

Para que el «veneguismo» este en complicaciones deberá darse lo de las dos últimas elecciones, 2007 ante Molina y 2011 ante Tellechea, polarización, que la sociedad tenga dos opciones y nada más y allí se juegue la intendencia.

Hoy eso parece estar alejado, porque nadie aparece en la oposición a Fe con caudal de votos suficientes, recursos económicos potentes y candidato de unidad para medirse ante Rago, Aued o el propio Rojas.

La definición esta dentro del «veneguismo», en la forma de acomodar la carga, evitar divisiones y mucho menos críticas públicas. Si todo queda entre familia las posibilidades son importantes.

Habrá que ver el resultado de las PASO y determinar los que estén en las finales tanto en el Frente para la Victoria, en UNEN, el «massismo» y «macrismo», si es que no surgen alianzas de estos dos últimos con el propio Venegas y su partido.

Hoy una alianza de Fe con Sergio Massa o Mauricio Macri los podría llevar a una significativa cantidad de votos como para asegurarse la intendencia.

2015 aguarda para Necochea la definición sobre quien será el nuevo intendente.

Le aguardará a poco de asumir la temporada de verano, pero algo más importante que eso, lo esperará  unas finanzas famélicas, un sesenta por ciento de ciudadanos que no abonan tasas municipales, una Terminal de Ómnibus  que da pena, el Casino que se cae a pedazos, una rambla a renovar, un parque «Lillo» que espera dejarse de discusiones e ir a los hechos, un Puerto Quequén que debería comenzar a dejar algo concreto para la comunidad a través de algún proyecto que se concrete sobre la exportación, un medio ambiente destruido en la zona de Punta Carballido, erosión costera en las costas de Quequén, el predio de la recolección de residuos que sigue contaminando las napas de agua de la ciudad sin que a nadie le preocupe, llamado a inversores nacionales a la ciudad con reglas de juego claras democratizando el empresariado casero donde siempre los mismos están en todas partes de las decisiones.

El candidato que pueda convocar a la gran esperanza tiene altas chances de sentarse en el sillón del premio mayor.

Ese candidato encontrará un distrito con todo por hacer, lo cual le dará cierta ventaja.  Porque empezando  a concretar  algo pequeño o importante, ya habremos comenzado a transitar mejores senderos que en el presente.

One thought on “2015: la búsqueda de una esperanza

  1. Justo el comentario, te olvidaste de algo fundamental Miguel LOS INDECISOS,LOS INDECISOS,nadie les da pelota y terminan definiendo.Son los que no hablan pero votan.
    Abrazo,felicito al mejor diario digital del país.Y no es alcaueteria.

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