lunes, noviembre 25, 2024

Internacionales

EE UU y Cuba inician una nueva etapa tras medio siglo de embargo

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Washington y La Habana dieron este miércoles el primer paso para normalizar sus relaciones tras más de medio siglo de embargo.

La Casa Blanca anunció una serie de medidas para restablecer las relaciones diplomáticas, sacar a Cuba de la lista de estados que apoyan el terrorismo y facilitar el viaje de los norteamericanos a la isla.

El anuncio llega unas horas después de conocerse la liberación del contratista norteamericano Alan Gross, detenido desde hacía cinco años en Cuba, así como de un agente de inteligencia cuya identidad no ha sido revelada pero que según Washington llevaba 20 años preso en la isla y fue clave para identificar a espías cubanos que operaban en territorio norteamericano. EE UU, a su vez, ha liberado a tres cubanos detenidos en Florida y acusados de espionaje. La Casa Blanca sostenía desde hace años que el caso Gross era la piedra que impedía la normalización de las relaciones.

“Empezaremos a normalizar las relaciones entre nuestros países», dijo el presidente de EE UU, Barack Obama, en una declaración en la Casa Blanca. Las medidas son «los cambios más importantes en más de 50 años», dijo Obama. Ahora, añadió, empieza «un nuevo capítulo».

El anuncio llega después de una conversación telefónica de cerca de una hora, el martes, entre Obama, y el líder cubano Raúl Castro. Es el primer diálogo público de un presidente norteamericano desde la revolución cubana, en 1959.

El primer cara a cara entre altos funcionarios cubanos y estadounidenses tuvo lugar en junio de 2013 en Canadá, cita de la mayor parte de los encuentros bilaterales, según la citada fuente de la Casa Blanca. En este otoño de 2014, hubo otro “encuentro importante” en el Vaticano entre las dos delegaciones. El Papa Francisco ha dado un apoyo «importante» al proceso, según la misma fuente.

La Casa Blanca también anunció que Obama participará en la Cumbre de las Américas, que se celebrará en abril en Panamá y en la que también está invitado Raúl Castro.

Obama no puede levantar por su cuenta el embargo a Cuba, un complejo entramado legislativo que empezó a ponerse en pie a principios de los años sesenta, en plena guerra de fría. Suprimir buena parte de las sanciones económicas requiere la aprobación del Congreso, reacio a cualquier medida de deshielo.

Pero el presidente de EE UU sí dispone de un amplio margen para normalizar la relación con medidas unilaterales, como demuestran las medidas anunciadas el miércoles.

«La decisión del presidente de recompensar al régimen de Castro e iniciar el camino hacia la normalización de las relaciones con Cuba es inexplicable», dijo en un comunicado el senador republicano por Florida Marco Rubio, hijo de cubanos. Rubio, próximo presidente de la Comisión de Exteriores del Senado, prometió hacer lo posible para «bloquear este intento peligroso y desesperado del presidente para pulir su legado a expensas del pueblo cubano».

Las medidas de Obama parten de una constatación: el embargo no ha servido para su propósito, la democratización de Cuba. Los hermanos Castro han sobrevivido a diez presidentes norteamericanos.

La Administración de Obama admite que la tensión en Cuba representaba un lastre para las relaciones con América Latina.

El contexto ha cambiado en los últimos años. La comunidad cubana en Florida, más heterogénea, se ha distanciado de las voces más duras del exilio, todavía influyentes en el Congreso de EE UU. Varios sondeos reflejan un rechazo creciente al embargo en el sur de Florida, principal feudo del exilio cubano.

Destacados empresarios cubanoamericanos, como el zar del azúcar Alfy Fanjul, han apoyado el levantamiento del embargo. A esto se añade la oposición del big business norteamericano, las grandes empresas, que no quieren perder oportunidades de negocias en una futura Cuba abierta al capitalismo.

Con el reestablecimiento de las relaciones diplomáticas, EE UU intenta cerrar un conflicto que duraba 53 años. La guerra fría ha terminado hoy en América. EL PAIS