Acabamos de recibir una noticia clave para el futuro de las ballenas. La Corte Internacional de La Haya le prohibió a Japón continuar con su cacería de ballenas por considerarla una actividad ilegal que tiene fines comerciales.
Después de 39 años de esfuerzo y acciones para detener la matanza de ballenas nuestro reclamo por fin fue escuchado. Vamos a seguir trabajando para salvar la diversidad de la vida de nuestros océanos y mares. Demostramos que se puede y vamos por más.
El impacto mundial de esta decisión es gigantesco. En los últimos 20 años, más de 10 mil ballenas murieron a manos de balleneros japoneses. Con la excusa de tener fines “científicos” fueron asesinados ejemplares adultos pero también madres y sus crías para vender su carne.
Esta caza indiscriminada amenazaba a poblaciones de ballenas que son parte fundamental del ecosistema oceánico. Ahora esta matanza llega a su fin. Más de 500 ballenas al año podrán seguir viviendo libres de los arpones. Estamos dando un gran paso por especies que iban camino a la extinción.
Durante todos estos años enfrentamos los barcos japoneses en la Antártida y a sus diplomáticos en las convenciones internacionales. Jamás aceptamos presiones o dinero de empresas, gobiernos o partidos políticos. La Corte de la Haya nos da la razón y tenemos que continuar nuestra tarea para asegurarnos de que Japón obedezca la sentencia.