
La “casta” libertaria, desde un principio mostró desesperación por la plata, el poder y la apelación a cualquier método para conseguirlo.
Los desesperados por ser “distintos” apoyaron a este dúo que está llevando a la Argentina a un abismo peor que el del 2001.
Encima, los sectores del poder están ya retirando el apoyo acordado, porque los movimientos pro Estados Unidos, están destrozando las bases de las grandes fortunas de argentina.
Milei tiene una fuerte diferencia con alguien que el “dice” admirar, Carlos Menem
El riojano llegó a las “relaciones carnales”, con Estados Unidos, porque estaba convencido que era la mejor manera de lograr un éxito económico y político para la “Argentina”.
En cambio, Javier “Libra” Milei, retoma estas “relaciones carnales”, porque está convencido que eso ayuda a “Estados Unidos”.
Esa es la gran diferencia, entre un estadista y un cipayo. Ni más, ni menos.
Robo para la corona y la corona también
A esta altura de los acontecimientos, está claro que el triángulo de hierro. Milei-Milei-Caputo, fueron los beneficiarios y artífices de la estafa con la memecripto.
Los representantes de la derecha y ultraderecha del mundo, le han restado apoyo a quien deseaba convertirse en un referente mundial de ese espacio.
Claro, quienes tienen esa postura política, necesitaban a un bufón que dijera lo que ellos pensaban, pero no se animaban a decir.
Probaban que efectos tenían esas declaraciones y posturas, para después, adoptarlas o desecharlas, según el humor social.
Javier “Libra” Milei, les hizo el trabajo sucio. Ahora, con la estafa, la suciedad la lleva consigo y comienzan a retirarse, para no mancharse con el hollín del incendio político.
Sin Nostradamus sabemos lo que se viene
No necesitamos preguntarles a pitonisas, ni profetas que anticipen lo que se viene. Ya sabemos el final de ciclo.
Fuertes devaluaciones, corralitos financieros para pagar deudas multimillonarias en dólares, robo a los ahorristas y corridas cambiarias.
Ya lo vivimos y lo volveremos a vivir, porque las medidas económicas son las mismas, con delincuentes que deberían estar presos y hoy son ministros de este gobierno.
Luis Caputo y Federico Sturzenegger, están libres cometiendo los mismos delitos de antaño. Después hablan de la “puerta giratoria”.
En esta ocasión no hay siquiera “puerta giratoria”, hay un muro de complicidades.
El que quiera leer, que lea.